Los datos de inflación conocidos esta semana en la zona euro para el mes de septiembre han caído por debajo del 2% por primera vez desde principios de 2021. Si bien el índice subyacente -más significativo- se sitúa en el 2,7%, la tendencia desinflacionista es innegable y dará cobertura a una mayor relajación monetaria.
La escalada de tensión en Oriente Medio no ha hecho sino aumentar la presión sobre el BCE para que suavice su política y preste apoyo monetario a la economía, aunque la relajación monetaria no ayudará mucho a la economía europea ante un nuevo repunte de los precios de la energía. Por consiguiente, los mercados ya dan casi por segura una reducción de los tipos de interés en la reunión de octubre del BCE, y una probabilidad no despreciable de un recorte de 50 puntos básicos en la de diciembre.