La cifra, que supone actualmente un 6,2% de la población activa, si se incluyen las bajas médicas, se ha incrementado un 21% en los últimos cuatro años respecto a los 246.000 trabajadores que faltaban a su puesto de media antes de la pandemia, según el último informe de Randstad Research.
«Es un problema de máxima magnitud y se agrava además por las dificultades para encontrar trabajadores en distintos sectores», advierten. Se trata de un fenómeno cíclico que evoluciona de forma inversa a las crisis económicas. «Al contrario de lo que puede pensar la gente, en periodos de crisis económicas el absentismo se reduce y el periodo de las bajas se reduce», explica Bote, director de Randstad Reseach. Y agrega que «cuando la situación económica mejora, en cambio, el absentismo tiende a aumentar. Aunque, ahora bien, a raíz de la pandemia por el Covid 19, todo parece haber cambiado». «Durante la pandemia el absentismo creció, sobre todo el que estaba justificado a raíz de las bajas médicas, pero después, con la recuperación, cuando pensábamos que iba a disminuir ha seguido aumentando, ha ido creciendo sobre el nivel previo que se había llegado a normalizar». Y el problema es que ningún sector queda exento del absentismo. Las causas de estas bajas injustificadas son muy diversas. «No es algo que esté vinculado al salario, sino a otros factores como la carga psicológica. Algo muy presente en el sector sanitario, por ejemplo. Otro caso es cuando un trabajador hace huelga, aunque sea una causa injustificada es un derecho constitucional».
El informe resalta que los sectores que más sufren de absentismo son la sanidad, correos, jardinería, las actividades relacionadas con la Administración Pública, seguridad y defensa. Entre las más afectados figuran también la hostelería o el comercio, sectores que tienen tradicionalmente sueldos más bajos. En cambio, aquellos trabajos vinculados con la ciencia, el cine, la consultoría, las finanzas y la contabilidad son los que presentan un menor nivel de absentismo. Si se hace una radiografía de la situación por comunidades autónomas, País Vasco encabezaría el ranking de las regiones con más absentismo laboral, seguido por las Islas Canarias y Cantabria, incluyendo no solo las bajas justificadas sino también las que obedecen a razones médicas.
Hay algunas empresas, por otro lado, como Repsol o el Hospital Vithas Xanit Internacional, que para tratar de reducir el absentismo premian a sus trabajadores mediante la motivación laboral. En general, las empresas pueden seguir una misma hoja de ruta basada en la conciliación laboral, horarios flexibles o teletrabajo, salario emocional o sistema de bonificaciones. Volkswagen Navarra es una de las compañías que tiene que hacer frente a este problema, pues, de media, 400 empleados faltan a trabajar de un total de 4.500. La empresa tiene sobre la mesa la aprobación del nuevo convenio con el que pretende abordar el absentismo. Para ello, entre las medidas que se pretenden implementar está la activación de un servicio médico externo ya que los sindicatos siempre han asegurado que el absentismo se debe a los problemas músculo-esqueléticos provocados por la actividad física. Al absentismo se une, además, el problema para encontrar no solo empleo cualificado, sino de todo tipo. Lo puso de manifiesto el presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF), Sendagorta, el pasado 23 de octubre durante el XXVI Congreso Nacional que se celebró en Bilbao. Durante su discurso propuso a a los agentes sociales, empresarios y sindicatos «revisar los salarios, sin más límite que mantener el listón de la competitividad, esencial para la continuidad de nuestras empresas» para atajar el problema de la falta de trabajadores.
Según advirtió, hay una acusada dificultad para disponer de perfiles profesionales adecuados para a las empresas. «Nos faltan ingenieros e informáticos, pero también personas que trabajen en el mundo de la hostelería o el mundo industrial».