La bajada, registrada por Infaoliva, da un respiro a un producto que no estaba en estos niveles desde mediados de julio. Comenzó entonces una escalada que registró su máximo a mitad de septiembre, cuando llegó a costar 8,3 euros. Con todo, este primer descenso sigue dejando los precios del virgen extra muy por encima del nivel con el que comenzó el año. Ahora el kilo en origen cuesta un 41% más.
No solo se reduce el precio del virgen extra, también el de la variedad virgen; cae un 3,27% desde finales de octubre hasta los 6,8 euros el kilo, algo que no sucedía desde mitad de agosto. Pese a ello, sigue estando un 38,7% más caro que cuando comenzó 2023.
Queda ahora esperar para ver cuándo llegarán estas bajadas de precios a los lineales. De acuerdo con los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), el aceite de oliva está ahora un 73,5% más caro de lo que estaba hace un año.
Todo esto en medio de una campaña de aceite en la que de nuevo se prevé una producción más escasa de lo habitual, una cuestión que suele tirar al alza de los precios.
El Ministerio de Agricultura prevé que en la campaña 2023/2024, se produzcan unas 765.300 toneladas. A priori un buen dato, porque es un 15% más de lo producido en la pasada cosecha (664.000 toneladas), pero también pesimista, porque es un 34% menos de que se logró en la media de las últimas cuatro.