Según las cifras de Agricultura, la variedad que más ha visto reducido su precio es el aceite lampante, el que no es apto para su consumo si previamente no se refina, que ha caído un 56,5 %. Pero también se ha reducido un 53,5 % el precio del aceite de oliva virgen y un 51,6 % el aceite de oliva virgen extra, el más caro, cuyo precio medio por litro se sitúa ahora en 3,77 euros.
Además, el aceite de oliva refinado ha caído un 54,2 %; y el de orujo de oliva refinado un 54,2 %. En conjunto, el precio medio de esta campaña está un 37,2 % por debajo de la media de las dos anteriores, anticipando así el fin de una crisis que elevó en cascada los precios en el supermercado.
Estos precios, sin embargo, son irreales para los agricultores, que ultiman la presentación de una denuncia ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) esta semana para exigir una investigación sobre posibles prácticas comerciales desleales o acuerdos de precios.
De acuerdo con un estudio de COAG, el aceite de oliva virgen extra (AOVE) debería cotizar entre 5,55 y 6,14 €/kg en la campaña 2024-2025 en función de los datos de producción real. Esto supone que los olivareros dejen de percibir en la campaña 2.800 millones de euros.