El Banco de España revisará al alza su previsión de crecimiento para 2023 alrededor de tres décimas, a la vista de la información relativa al cuarto trimestre, con lo que subiría del 1,3 al 1,6% el avance del PIB calculado en sus últimas proyecciones macroeconómicas de diciembre.
Asimismo, la inflación media se revisará unos 0,15 puntos a la baja, hasta el 4,75% para el cierre del año, «asumiendo que la rebaja del IVA de los alimentos se traslada completamente a su precio», según ha indicado el director general de Economía y Estadística de la entidad, Gavilán, ante el Consejo Económico y Social. Gavilán ha achacado esta revisión a la nueva información recopilada, como la «revisión significativa» al alza del crecimiento en el primer y segundo trimestre de 2022 (dos décimas en el primero y ocho en el segundo), así como al avance registrado en el cuarto trimestre. También influye en esa revisión al alza la «mayor fortaleza del consumo privado, mayor debilidad de la inversión y menor aportación positiva del sector exterior», según detalla Gavilán.
En cuanto a la inflación, en diciembre se preveía una tasa del 4,9% y la institución no descarta una revisión de una décima y media a la baja en sus próximas proyecciones debido, fundamentalmente, a la «reducción temporal en el tipo del IVA para determinados alimentos». Otras cuestiones que influyen en esa revisión a la baja son el precio del gas natural en Europa, que «ha seguido cayendo más de lo anticipado unas semanas atrás», el encarecimiento de los metales «por las perspectivas de que en 2023 la economía china pueda mostrar un mayor dinamismo» y una «relativa estabilidad en el precio del petróleo».
Gavilán, en su presentación, insiste en que se debe tener en cuenta que existe «mucha incertidumbre» en torno a «la intensidad con la que los descensos en el precio de la energía se trasladarán a la inflación subyacente» y «el impacto inflacionario o deflacionario del mayor crecimiento en China». Destaca, asimismo, otras dinámicas nuevas de las últimas semanas, como «la reducción gradual de los problemas de suministros» y las revisiones al alza del crecimiento para 2023, además de que en España «los indicadores de confianza mejoran» y «los datos de afiliación a la Seguridad Social en enero han sido relativamente sólidos».
Se trata de una información «muy parcial e incompleta», reconoce Gavilán en su presentación, en la que se apunta que «en el primer trimestre de 2023, la actividad económica global se estaría comportando algo mejor de lo esperado» y en España «la actividad estaría manteniendo un grado de dinamismo similar al observado en el tramo final de 2022».
Segunda ronda y márgenes empresariales
Desde el Banco de España se hace hincapié en que las previsiones de inflación «están construidas sobre la base de que no se producirán efectos de segunda vuelta significativos» y en este sentido consideran que «los incrementos salariales pactados se mantienen relativamente contenidos».
Sobre los márgenes empresariales, reconocen que el dinamismo mostrado en el tercer trimestre de 2022 se habría prolongado en el cuarto trimestre y ya se situarían «por encima de los niveles observados a finales de 2019», antes de la pandemia.
Respecto a la posibilidad de que se produzcan ajustes bruscos en la capacidad de gasto y solvencia de las familias y empresas, Gavilán insiste en «la incertidumbre elevada» en torno a esta cuestión y en que «solo se dispone de algunos indicadores parciales». Uno de ellos, los activos problemáticos en los balances bancarios, que «se han reducido durante 2022, pero los concursos empresariales siguen en cifras elevadas», al tiempo que se observa «un aumento en la proporción de hogares que anticipa dificultades para hacer frente a los pagos hipotecarios».