El BCE eliminó su referencia a que la política monetaria después del último cambio seguiría siendo restrictiva, y considera ahora que la política monetaria es “considerablemente menos restrictiva”. Lagarde ha enfatizado que el actual entorno de incertidumbre impide al BCE comprometerse en ningún sentido, y que seguirán siendo dependientes de los datos para decidir si pausar, o volver a bajar, en próximas reuniones. Por otro lado, el BCE ha revisado su cuadro macro hacia una expectativa de una aceleración más lenta de la actividad y de un descenso más lento de la inflación, si bien sus previsiones se realizaron antes de tener en cuenta el estímulo fiscal alemán y del conjunto de la UE. El mercado ha hecho una lectura levemente tensionadora del comunicado.
Puntos clave
Como se esperaba, hoy el BCE bajó los tipos de interés en 25 p. b. (decisión casi unánime, ya que el Gobernador del Banco de Austria, Holzmann, se abstuvo) y dejó el depo en el 2,50%.Este recorte (el sexto desde los máximos alcanzados en 2024) volvió a fundamentarse en la buena marcha de la desinflación y en la intensidad con que se está transmitiendo la flexibilización de la política monetaria (aunque está aumentando la concesión de crédito a unos menores tipos de interés, esta es aún contenida).El BCE también eliminó, como se esperaba, su referencia a que la política monetaria después del último cambio seguiría siendo restrictiva. Según ha explicado Lagarde, la formulación elegida (“La política monetaria está adoptando una orientación considerablemente menos restrictiva”) supone una evaluación dinámica que tiene en cuenta el efecto de los 150 p.b. de bajada de los tipos desde el máximo del 4%, frente a la evaluación estática de la expresión anterior.
Lagarde ha enfatizado que el actual entorno de incertidumbre geopolítica y de política económica impide al BCE comprometerse en ningún sentido, y que seguirán siendo dependientes de los datos para decidir si pausar, o volver a bajar, en próximas reuniones.
Por otro lado, el BCE ha publicado la actualización de su cuadro de previsiones para la eurozona, en el que contemplan una inflación algo superior y un crecimiento económico algo por debajo de lo esperado en diciembre. Estas previsiones no incluyen aún el potencial impacto del mayor gasto público alemán y europeo en defensa y otras partidas.El mercado ha hecho una lectura levemente tensionadora del comunicado. Este ha supuesto, tras la presentación del estímulo fiscal alemán, que los implícitos del mercado monetario pasen de descontar hasta tres bajadas más este año, a apenas dos. La rentabilidad de la deuda pública ha repuntado y el euro se ha apreciado.
Escenario económico
El BCE mantiene una visión del escenario relativamente positiva, en la que espera tanto una aceleración de la actividad económica, respaldada en la demanda doméstica, como el descenso final de la inflación hacia el 2% en los próximos trimestres.Con todo, las nuevas proyecciones muestran, respecto a las publicadas en diciembre, la expectativa de una aceleración más lenta de la actividad y de un descenso más lento de la inflación, dada la perspectiva de mayores precios de la energía.
El BCE sigue confiando en que el aumento de las rentas reales, en un contexto de gran solidez del mercado laboral, y la paulatina distensión de las condiciones financieras apoyen la recuperación de la demanda, pese a reconocer que el descenso de las exportaciones y la debilidad de la inversión, ambas muy lastradas en los últimos meses por el excepcional repunte de la incertidumbre geopolítica y de política económica, han causado la rebaja de sus expectativas de crecimiento económico.
Respecto a la inflación, el BCE considera que la inflación interna sigue siendo elevada debido al considerable retraso con el que los salarios se están ajustando tras el repunte de la inflación en 2023 y 2024. Con todo, el BCE considera que los salarios se están moderando de acuerdo con sus expectativas, y que la evolución de los beneficios empresariales está ayudando a reconducir la inflación.
El BCE mantiene un balance de riesgos negativo para el crecimiento, con un papel destacado para las amenazas proteccionistas, las tensiones geopolíticas y el deterioro de la confianza. Para la inflación, el BCE sigue sin esclarecer la dirección de los riesgos, aunque ha pasado a señalar que una escalada comercial supondría una depreciación del euro y una presión al alza sobre la inflación, si bien también expondría a la eurozona al riesgo de importar algo de deflación desde otras economías con exceso de capacidad.Respecto a los planes de mayor gasto público en Alemania y el conjunto de la UE, Lagarde ha aclarado en varias ocasiones que estos anuncios aún no se han incorporado en sus previsiones ni han sido evaluados con el debido rigor por sus economistas, aunque sí ha mencionado que un mayor gasto en defensa e infraestructuras podría elevar la inflación.
Política monetaria
Con este nuevo recorte de tipos del año, el BCE deja el depo en el 2,50%, 150 p. b. por debajo del pico que se sostuvo hasta principios del verano de 2024. El refi se sitúa en el 2,65% y el MLF en el 2,90%.La decisión de bajar no fue unánime en el seno del Consejo de Gobierno, ya que Holzmann se abstuvo. A este respecto, Lagarde sí enfatizó que el BCE se encuentra entre dos aguas: los efectos de unos tipos elevados aún se dejan notar, si bien la evidencia de la distensión cada vez va siendo más importante.
Por ello, y dado el actual entorno excepcionalmente incierto, Lagarde enfatizó que no se comprometerán a tomar ninguna acción en el futuro, aunque si deslizó que en función de los datos decidirían si pausar las bajadas de tipos, o acometer una bajada adicional.
Pese a que no entró a discutir sobre el nivel de tipos neutrales, sí dejó claro que no están considerando el eventual efecto de la reducción del balance en la orientación de la política monetaria, toda vez que el mercado está absorbiendo de forma gradual y sin tensiones la deuda pública que el BCE está dejando de comprar.
En este sentido, también reseñó que el BCE no está preocupado por el reciente repunte en la rentabilidad de la deuda alemana, enfatizando que este no ha supuesto por ahora un aumento en los diferenciales periféricos y dejando claro que su principal preocupación sigue siendo el riesgo de fragmentación.
Reacción de los mercados
Los mercados financieros hicieron una lectura tensionadora de la reunión del BCE, con un repunte de los tipos soberanos (tras la publicación del comunicado y durante la rueda de prensa de Lagarde la referencia alemana a 2 años llegó a repuntar 10 p.b., si bien se mantuvieron dentro de su rango intradiario) en una jornada muy volátil para estos activos. El euro, por su parte, se apreció ligeramente, y ya supera la barrera de los 1,08 dólares. En renta variable, el BCE supuso un viento de cola para el Euro Stoxx, que al momento de escribir estas líneas acumula otra jornada en positivo. Por último, los implícitos del mercado monetario pasaron a descontar dos bajadas más de tipos este año hasta el 2%, lo que contrasta con la situación hasta finales de la semana pasada, cuando descontaban tres bajadas más en 2025.