La demanda de los hogares de la zona euro de préstamos para la adquisición de vivienda registró en el último trimestre de 2022 la mayor contracción de toda la serie histórica en respuesta a la subida de los tipos de interés, el mayor pesimismo de los consumidores y el deterioro de las perspectivas del mercado inmobiliario, según ha indicado el Banco Central Europeo (BCE).
«La disminución de la demanda neta de préstamos para la vivienda fue la más fuerte registrada, mientras que la demanda de créditos al consumo y otros préstamos a los hogares también disminuyó con fuerza en términos netos, aunque en menor medida que la de los préstamos para la vivienda», señala el banco central en la última edición de su encuesta sobre préstamos bancarios. En este sentido, la institución apunta que la histórica contracción de la demanda de hipotecas respondió al aumento de las tasas de interés, la disminución de la confianza del consumidor y la evolución de las perspectivas del mercado inmobiliario.
«Reflejan el entorno actual de menor confianza del consumidor y desaceleración económica», junto con el aumento de las tasas de interés en respuesta a la alta inflación», añade, advirtiendo de que por segundo trimestre consecutivo las perspectivas del mercado inmobiliario contribuyeron negativamente a la demanda, algo que no sucedía desde 2013, y que consistente con la desaceleración observada recientemente en la subida de los precios de la vivienda en la zona del euro.
En España sólo el 20% de los bancos reportan caídas
Los bancos de las cuatro mayores economías del euro informaron de una disminución neta de la demanda de préstamos para la vivienda que fue particularmente pronunciada en Alemania y Francia, donde el porcentaje neto de bancos que reportaron una disminución fue del 93% y 90% respectivamente, frente a la media del 74% de la eurozona, mientras que en España e Italia el porcentaje de entidades fue del 20% y del 45%, respectivamente.
La disminución de la confianza del consumidor y el nivel general de los tipos de interés tuvieron un fuerte impacto a la baja en los cuatro países, explica el BCE, precisando que las perspectivas del mercado de la vivienda tuvieron un efecto negativo notable en la demanda de hipotecas en Francia y Alemania, un impacto negativo menor en Italia y ningún impacto en España. Asimismo, el banco central advierte de que, en el primer trimestre de 2023, los bancos esperan otra fuerte caída neta en la demanda de préstamos para vivienda, con un porcentaje estimado del 49%, menor al correspondiente al cuarto trimestre de 2022.
Desde el lado de la oferta de crédito, los bancos de la eurozona reportaron un fuerte endurecimiento neto de los estándares crediticios aplicados a los préstamos a hogares para la adquisición de vivienda y para el crédito al consumo.
La entidades atribuyeron esta evolución a una mayor percepción del riesgo sumada a la menor tolerancia al riesgo y el mayor coste de los fondos y las restricciones del balance. Esto marca el cuarto trimestre consecutivo en el que tanto la percepción del riesgo como la tolerancia al riesgo tienen un impacto más estricto.
Por otro lado, la encuesta del BCE revela que en el cuarto trimestre de 2022 los estándares crediticios de la banca para la concesión de préstamos o líneas de crédito a empresas se endurecieron sustancialmente. De hecho, la institución señala que, mirando la evolución desde una perspectiva histórica, el endurecimiento neto de los estándares crediticios «fue el mayor registrado desde la crisis de la deuda soberana de la zona del euro en 2011».
Además, los bancos de la zona del euro esperan un endurecimiento neto continuo de los estándares crediticios para los préstamos a empresas en el primer trimestre de 2023. De su lado, las entidades informaron de una disminución neta en la demanda de préstamos o disposición de líneas de crédito por parte de las empresas en el cuarto trimestre de 2022.
A este respecto, señalaron una importante contribución negativa a la demanda de préstamos del aumento de los tipos de interés, mientras que reportaron un impacto positivo de las necesidades de inventarios y capital de trabajo en la demanda de préstamos a empresas, aunque su contribución fue menor que en los dos trimestres anteriores, lo que probablemente refleja la relajación gradual de los cuellos de botella en la oferta.