Un pequeña parte del mercado espera una bajada de tipos del 0,50%. El consenso se inclina por un recorte del 0,25%. Mientras, la inflación está desapareciendo de Europa. Pero si no tenemos cuidado, podríamos entrar en deflación.
¿Qué opinan los expertos?
Para Juan Jose del Valle, analista de Activotrade SV: «se estima que el BCE baje los tipos de interés 25 puntos básicos hasta el 3.15% desde 3.4% actual”. El analista recuerda que el pasado mes de septiembre se empezó a aplicar una nueva regulación que exige que el tipo director del BCE y la facilidad de depósito solamente se distancien 15 puntos entre ambos, desde los 50 puntos básicos habituales de antes. En lo que llevamos de año, por tanto, el organismo ha bajado los tipos de interés hasta en 3 ocasiones. Desde las dos últimas reuniones del BCE, del 12 de septiembre y 17 de octubre, las rentabilidades de deuda (bonos) de la mayor parte de los gobiernos han caído, como por ejemplo en el caso de Alemania, cuyo Bund (bono a 10 años) ofrece un rendimiento cercano al 2.10 – 2%, mínimo del último año. En cuanto al euro, este también ha caído fuertemente desde 1.12 en los máximos de septiembre hasta zonas de 1.05 -1.06 (-6%) en la actualidad, también influenciado por la fuerte demanda de dólares durante el último trimestre y las elecciones de Estados Unidos.
En cuanto a la inflación, «estamos más o menos igual que estábamos al cierre del último trimestre, o incluso peor”, afirma del Valle. El IPC de la Zona Euro se espera que suba al 2.3% en noviembre (cuyo dato final lo conoceremos la próxima semana) desde el 1,7% del mes de septiembre mientras que la subyacente no consigue bajar del 2.7% (mínimo de los últimos dos años).
«En conclusión, salvo que el BCE no baje tipos de interés de manera más agresiva 50 puntos o no tenga un tono extremadamente dovish, es mayor la probabilidad de que el euro y los yields de los bonos reboten a partir de estos niveles antes que seguir haciendo mínimos.»
Desde un punto de vista técnico, en el caso del par euro/dólar (EURUSD) el analista de Activotrade destaca el nivel de soporte cercano a los 1.0460, mínimos del mes de diciembre. «Lo que está claro es que los precios aparentemente están muy bien soportados o anclados a la parte alta, sin tener en cuenta un posible rebote del petróleo si la situación de demanda mejora en China o de oferta si se tensiona la situación geopolítica”, subraya. «El sector bancario, por cierto, probablemente haya descontado un escenario de tipos altos por más tiempo, habiendo subido el Stoxx 600 Bancos cerca de un 9% desde la reunión del BCE en septiembre, más que la media del mercado”, añade del Valle.
Para José Manuel Marín Cebrián, economista y fundador de Fortuna SFP: “El BCE tiene que bajar los tipos sí o sí y de una manera contundente para incentivar la inversión y el consumo”. «2024 será otro año que quedará en la memoria de muchos inversores por sus buenos datos. Tras padecer las consecuencias del conflicto geopolítico de Ucrania en 2022, 2023 tuvo su pertinente efecto rebote; y en 2024 los mercados no se han achantado, aunque de manera diferente en ambos lados del Atlántico. Mientras los índices vuelan en Estados Unidos con rentabilidades acumuladas por encima de un 25%, el viejo continente palidece arrastrado por Francia (déficit presupuestario, deuda pública e inestabilidad política) y la locomotora alemana (crisis automovilística)”, observa Marín Cebrián.
Estados Unidos, apalancada en sus fuertes datos de empleo y la más que brillante presentación de resultados, sigue creciendo, mientras que los 27 quedan relegados. «En estos momentos, el juego de papeles de los tipos de interés y la inflación está claro. El BCE tiene que bajar los tipos y de una manera contundente para incentivar la inversión y el consumo. Una menor presión crediticia en los bolsillos de los ciudadanos se materializará en una mejora de la actividad, dado que el consumo representa en torno al 60% del PIB. Además, si China lleva a cabo medidas fiscales para reactivar la demanda de la clase media (que es lo que le queda por hacer), también tendremos viento de cola por parte del consumo discrecional, y una de las tres joyas europeas, LVMH, volverá a brillar”, afirma el economista.
«Dos velocidades: Europa que crece lo justo, y Estados Unidos que crece lo necesario. Además, Trump viene con ganas de pisar el acelerador. Sus ayudas a las empresas y la reducción de impuestos serán el mejor caldo de cultivo para que sigan en la senda del crecimiento. O Lagarde toma las riendas de la situación y se aprieta los machos, o Estados Unidos tomará una distancia difícil de resolver; sobre todo porque la UE ha optado por el papel de cliente en cuanto a tecnología y no de desarrollador, como han hecho los americanos. España sigue brillando e impulsa el crecimiento de la zona euro, pero es insuficiente para sustituir a Francia y a Alemania. Y es aquí donde las medidas fiscales de los gobiernos tienen que salir a jugar el partido. Si Trump saca toda la artillería, no podemos quedarnos atrás. Un órdago a lo grande es lo que va a lanzar el nuevo mandatario, y la economía europea tiene que actuar de la misma manera. La inflación parece estar controlada y ahora el centro de atención debe ser la actividad”, concluye Marín Cebrián.
Para Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard: el mercado “acierta al suponer una postura más agresiva”, especialmente teniendo en cuenta la probabilidad de un conflicto comercial con EEUU que frene aún más el crecimiento de la zona euro. Los mercados atribuyen un 100% de probabilidades a una reducción de tipos de 25 puntos básicos en la reunión de este jueves y un 7% de probabilidades a un recorte de 50 puntos básicos. Para la reunión de junio de 2025, los mercados suponen que el tipo objetivo se habrá reducido en 25 puntos básicos en cada una de las cinco reuniones siguientes.
De momento, el BCE tendrá que considerar que la inflación de los servicios bajó al 3,9% interanual en noviembre en la zona euro desde el 4,0% de octubre, pero sigue siendo “incómodamente alta”, dado su peso del 44,9% en el índice de inflación de la zona euro. Y también que el desempleo se mantuvo en el 6,3%, el nivel más bajo desde la creación del euro; eso sí, con una dispersión significativa: un 2,9% en Polonia frente al 11,2% de España. “Esta variación probablemente evidencia una combinación de factores estructurales, como beneficios sociales excesivamente generosos, desajustes entre las necesidades laborales y las habilidades de los trabajadores, y fortaleza o debilidad económica interna. Diferencias que complican sin duda la aplicación de una política monetaria única por parte del BCE”, sostiene Temple.