Y si existe un destino de lo más especial para contemplar este espectáculo natural, ese es la isla de La Palma. Con su cielo excepcionalmente claro y libre de contaminación lumínica, la isla ofrece condiciones inmejorables para la observación del cielo nocturno, destacándose como un destino Starlight de referencia a nivel internacional.
En lo alto de la isla, a casi 2.400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el Observatorio del Roque de los Muchachos, uno de los centros astronómicos más importantes del mundo. Actualmente, alberga el mayor telescopio óptico e infrarrojo del planeta, junto a otros veinte instrumentos que han permitido avances significativos en la exploración del cosmos, como la detección de la galaxia más lejana, la confirmación de agujeros negros y la expansión acelerada del universo.
Además, junto a él se encuentra el Centro de Visitantes del Roque de los Muchachos, inaugurado en 2021, donde los viajeros tienen la oportunidad de explorar este enclave científico, aprender sobre el universo y admirar la tecnología de vanguardia que hace posible la observación de galaxias, nebulosas y estrellas distantes. Estas visitas se complementan con charlas educativas y experiencias interactivas que convierten la astronomía en algo accesible y emocionante para todas las edades.
Caminar en la oscuridad de La Palma proporciona una experiencia que diferencia este paseo de cualquier otro en el mundo: las estrellas. Por ello, más allá del observatorio, La Palma ha desarrollado una extensa red de miradores y senderos astronómicos que ofrecen vistas espectaculares del cielo nocturno. Estos puntos, repartidos estratégicamente por toda la isla, han sido cuidadosamente seleccionados para maximizar la experiencia de observación.
Orientado al oeste, en la parte alta de El Paso, el mirador astronómico de Llanos del Jable es ideal para ver constelaciones. Desde él se divisa con claridad la de Pegaso frente a la de Casiopea. Entre ellas está Andrómeda, donde se sitúa la galaxia más grande y cercana de todo el cielo, la Gran Galaxia de Andrómeda. Si hay noche sin luna, con prismáticos es claramente visible una especie de nubecilla alargada que es uno de los objetos celestes más lejanos que el humano puede distinguir sin ayuda óptica, situado a más de 2,2 millones de años luz.
Otro de los miradores astronómicos más destacados de la isla es el de la montaña de San Bartolo. Rodeado de imponentes laderas y en contraste con el océano Atlántico, este lugar permite observar el cielo en casi todas las direcciones. Durante las primeras horas de cada noche de verano se puede contemplar Vega, una de las estrellas blanco azuladas más cercanas a la Tierra; o la pequeña constelación de Lira.
Entre los meses de junio a diciembre, La Palma se convierte en el epicentro del astroturismo con la celebración del AstroFest La Palma 2024, un festival dedicado a la divulgación y disfrute de la astronomía. Este evento reúne a expertos, científicos, aficionados y familias en una serie de actividades que exploran el cosmos desde múltiples perspectivas.
Además, durante las noches del evento, se organizan observaciones guiadas en los miradores y en el propio observatorio. En estas sesiones, los participantes tienen la oportunidad de utilizar telescopios de alta precisión para observar planetas, estrellas y galaxias, guiados por expertos.
Para quienes buscan una experiencia más práctica, los talleres interactivos están diseñados para todas las edades. Estos talleres permiten a los asistentes familiarizarse con la astronomía, desde la construcción de sencillos telescopios caseros hasta la interpretación de mapas estelares. Un evento sobre todo destinado a la población local con la finalidad de inculcar el valor de la importancia del cielo de La Palma.
La Fundación Starlight, una institución avalada por la Unesco, la Organización Mundial del Turismo y la Unión Astronómica Internacional es la encargada de certificar los mejores lugares del mundo para la observación astronómica, entre los que destaca La Palma. Para ello se tiene en cuenta la calidad del cielo y su protección, pero también la capacidad del destino para ofrecer experiencias y actividades dentro del denominado Astroturismo. En el año 1988, la isla fue certificada como la primera Reserva Starlight del mundo. Pero no es la única distinción que su impresionante cielo posee. En 2007 múltiples organismos internacionales suscribieron la Declaración Mundial en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a Observar las Estrellas; y en 2012 obtuvo el certificado como Reserva y Destino Turístico Starlight, el primer territorio español en recibir la doble certificación, sello que ha renovado cada cuatro años. Además, a finales de 2019, La Palma fue galardonada en los premios internacionales de la Fundación Starlight como el mejor destino de astroturismo del mundo.