La mayoría de ellos coincide en que, una vez finalizado el cierre, y suponiendo que los funcionarios federales reciban los salarios atrasados, las pérdidas se recuperarán rápidamente. En esta ocasión podría ser diferente. A medida que se prolonga, el daño causado por el cierre podría agravarse, especialmente si la administración Trump despide de forma permanente a un gran número de empleados federales. Además, es probable que la disfunción política aumente la preocupación de los inversores sobre la resiliencia de las instituciones estadounidenses y la conveniencia de una mayor exposición al dólar estadounidense. Teniendo en cuenta todos estos factores, creo que el riesgo de que el cierre pueda frenar el crecimiento podría ser mayor de lo que parecía inicialmente.
Con este telón de fondo, la semana pasada se conoció que la subida del IPC de EEUU en septiembre fue inferior a lo esperado debido a la menor inflación de los alquileres desde 2021. Eso producirá un impacto gradual de los aranceles en la inflación a medida que las empresas agoten las existencias acumuladas antes de la aplicación de los gravámenes y se vean obligadas a repercutir los aumentos de precios para proteger sus márgenes operativos, lo que podría impulsar el IPC básico hasta niveles cercanos al 4% interanual. Pero si persisten las recientes tendencias relacionadas con una inflación de los alquileres más moderada, sus expectativas podrían ser demasiado negativas.
En todo caso, es probable que el informe del IPC de septiembre mitigue cualquier preocupación sobre el riesgo frente a la recompensa de una bajada de tipos en la reunión de la Fed de esta semana. Los mercados están descontando una probabilidad del 97% de que se produzca un recorte de tipos de 25 pb, con una relajación total de 101 pb finales de julio de 2026. Comparto la idea de que habrá un descenso inminente de un cuarto de punto, pero soy menos optimista que el mercado, ya que es poco probable que el desempleo aumente de forma significativa, incluso si la inflación se acelera de nuevo hacia un aumento del IPC subyacente del 4% en el primer trimestre de 2026.
Los mercados no esperan, por el contrario, cambios en la políticas monetarias del BCE y el Banco de Japón (BoJ) tras las reuniones que celebran este jueves. Sin embargo, una bajada adicional de tipos por parte del organismo que preside Christine Legarde, antes de que finalice el primer trimestre de 2026, es probable ya que la inflación caerá por debajo del objetivo del 2% del BCE y se mantendrá ahí durante meses. Eso sí, de las últimas actas del BCE se desprende que algunos miembros consideraban que la política monetaria solo debía utilizarse para responder a presiones más estructurales, mientras que otros consideraban que la política debía ajustarse en función de las condiciones económicas cíclicas.
De momento, de las cifras de inflación de la zona euro en octubre, que se publicarán un día después, espera que se mantengan estables, justo por encima del objetivo del 2% del BCE. La inflación de la zona euro se ha desacelerado de forma más suave que la de Estados Unidos, y es probable que la reciente guerra comercial y el fortalecimiento del euro reduzcan aún más las presiones sobre los precios en la región.
Respecto a la reunión del BoJ, la rueda de prensa y las declaraciones tras el encuentro podrían aclarar la probabilidad de una subida de tipos en diciembre. Es probable que el BoJ quiera evaluar cómo los cambios de política de la nueva coalición gobernante podrían afectar a las tasas de crecimiento e inflación antes de reanudar la normalización de la política.. Es probable que la inflación general y subyacente se moderen aún más en los próximos meses, a medida que los precios del arroz se normalicen tras el aumento registrado durante gran parte del año pasado. Más allá del arroz, la bajada de los precios de la energía podría reducir el IPC general y subyacente (que incluye la energía en Japón) si el nuevo Gobierno de Takaichi aplica políticas para reducir los precios, sostiene.
Tras la confirmación de Sanae Takaichi como nueva primera ministra cree que esta elección acelerará la mejora de la rentabilidad del capital de las empresas en Japón. Takaichi ha debatido recientemente la posibilidad de obligar a las empresas a revelar el uso de las ganancias retenidas, con el objetivo principal de poner fin al acaparamiento de efectivo por parte de las empresas, que reduce la rentabilidad del capital y disminuye la eficiencia de la economía japonesa. Sin embargo, también advierte que la coalición PLD-JIP no alcanza la mayoría necesaria para gobernar en las cámaras baja y alta de la Dieta, lo que podría limitar la magnitud de las reformas que pueda introducir.
China
Las cifras del PIB de China para el tercer trimestre de 2025 difundidas la semana pasada superaron ligeramente las expectativas, con un crecimiento del 4,8% interanual. Pero los inversores deberían adoptar un enfoque escéptico, ya que parecen existir inconsistencias difíciles de explicar entre el informe del PIB y los datos macroeconómicos de mayor frecuencia,. La idea de que el crecimiento del PIB se mantuviera relativamente estable con una caída de la inversión en activos fijos (FAI) del 8% no es razonable, dado que la demanda interna, medida por las ventas minoristas, sigue siendo débil y las exportaciones no se han acelerado lo suficiente como para compensar la diferencia que implica la desaceleración de la FAI.
El resultado del IV Pleno del Comité Central del Partido Comunista Chino de la semana pasada, fue decepcionante desde el punto de vista del crecimiento económico a corto plazo ya que apenas hay indicios de planes para estimular de manera significativa la demanda interna, La confianza de los consumidores se mantiene cerca de niveles mínimos históricos en medio de una crisis inmobiliaria.
Reino Unido y Alemania
La inflación del IPC del Reino Unido se moderó más de lo esperado en septiembre, con una desaceleración generalizada del aumento de los precios. Junto con los recientes indicios de debilitamiento del mercado laboral británico, la sorpresa a la baja de la inflación aumenta la probabilidad de que el Banco de Inglaterra reduzca los tipos antes de fin de año: han pasado del 42% al 70% de posibilidades en una semana. Las ventas minoristas del país fueron considerablemente más fuertes de lo esperado en el último mes, alcanzando su nivel más alto desde julio de 2022. Las perspectivas de crecimiento para el Reino Unido siguen siendo moderadas, pero la inflación inferior a la prevista y las ventas minoristas mejores de lo esperado son alentadoras. Lamentablemente, es probable que las restricciones fiscales sigan siendo un obstáculo para el crecimiento, ya que el Gobierno pretende reducir el déficit mediante recortes del gasto o subidas de impuestos.
Respecto a los datos del índice de gestores de compras de los mercados desarrollados, que fueron dispares, hay que destacar el aumento de los alemanes. Lo que sí sorprende es que la fortaleza sea más evidente en el indicador de servicios. Espero que la mejora del crecimiento se traduzca en unos PMI más sólidos en Alemania, con beneficios que se extiendan a otras economías europeas.
