El repunte del 4,2% compensó la pérdida de riqueza de 2022, tanto en dólares estadounidenses como en moneda local, gracias al crecimiento en Europa, Oriente Medio y África (EMEA), región que creció un 4,8%, así como en Asia-Pacífico (APAC), donde la riqueza aumentó un 4,4%. Además, al ralentizarse la inflación, el crecimiento real superó al nominal en 2023, con lo que la riqueza mundial ajustada a la inflación creció casi un 8,4%.
Si bien la riqueza mundial ha seguido una trayectoria ascendente y constante desde 2008, el ritmo de crecimiento ha perdido fuelle en casi todos los mercados.
De acuerdo con el informe, es bastante más probable un ascenso que un descenso en la escala de la riqueza en todos los tramos de patrimonio y cualquier horizonte temporal. De hecho, el análisis muestra que aproximadamente uno de cada tres individuos escala a una franja de riqueza superior en el plazo de una década y la probabilidad de salir de la franja de riqueza más baja en un periodo de treinta años se eleva a más del 60%.
Por último, se espera que en las próximas dos décadas se transfieran unos 83 billones de dólares, cifra que aproximadamente equivale al valor de toda la actividad económica mundial en un año. Una faceta poco explorada de esta transferencia es que una parte notable de esta riqueza se trasladará primero horizontalmente entre los cónyuges, antes de pasar a la siguiente generación.
En la práctica, esto supone una considerable transferencia patrimonial hacia las mujeres, teniendo en cuenta que su esperanza de vida es comparativamente más elevada. Está previsto que algo más del 10% de la gran transferencia de riqueza, unos 9 billones de dólares, se transmita primero horizontalmente y la mayor parte en América.