A futuro, esperamos una depreciación gradual, aunque la volatilidad inducida por la incertidumbre en la política económica y comercial de EE. UU. seguirá muy presente.
El dólar se ha depreciado desde principios de año. La depreciación se dio incluso en momentos de alta aversión al riesgo (como tras los aranceles “recíprocos” de Trump) cuando normalmente actúa como activo refugio. Esto llevó a algunos inversores a preguntarse si el mercado estaba reevaluando el riesgo de los activos estadounidenses. Sin embargo, la evidencia sugiere que se trata más de una corrección habitual que de un cambio estructural, ya que:
El dólar ha vuelto a niveles coherentes con el diferencial de tipos de interés reales a corto plazo, tanto frente al euro como frente al resto de principales pares. La depreciación acumulada (ca. 10%) no es lo intensa que cabría esperar si el dólar perdiese su estatus nuclear en el sistema monetario internacional. El dólar sigue apreciado en términos históricos: en abril estaba un 19% por encima de la media de su tipo de cambio efectivo real de los últimos 20 años.
La depreciación reciente aparenta así ser una reversión hacia su nivel de equilibrio de medio plazo (alrededor de 1,12 USD/EUR), influida por el ajuste de expectativas sobre las políticas de Trump (la euforia tras su victoria en 2024 se agrió tras la investidura, al constatarse que acometería políticas poco favorables para la economía).
A futuro, esperamos que el dólar se mantenga entre 1,10 y 1,175 USD/EUR. En este rango, anticipamos una leve depreciación en el medio plazo desde los niveles actuales, debido a un estrechamiento del diferencial de tipos de interés reales en dólares y en euros, a su vez explicado por la caída esperada de los tipos USD:
• EE.UU.: expectativa de recortes de tipos de la Fed en 2025-26 y posible repunte de expectativas de inflación por aranceles → tipos de interés reales a la baja.
• Eurozona:expectativas de inflación a medio plazo cercanas a 2%; tasa de interés neutral también en torno al 2% → tipos de interés reales estables en torno a cero.