Este descenso ha coincidido con la celebración anual del Foro de Sintra, organizado por el Banco Central Europeo (BCE), que nos ha permitido dilucidar el posicionamiento de muchos de sus miembros con respecto a los siguientes pasos del banco.
En líneas generales, las declaraciones de gran parte de los miembros del BCE parecen reflejar que el banco se siente cómodo con el nivel actual de los tipos de interés, si bien algunos miembros han sugerido hace unas semanas que el banco podría volver a relajar la política monetaria antes de que acabe el año. El mercado de swaps también prevé que esto ocurra, al igual que lo hacemos nosotros. Si el recorte se produce, el Euribor a 12 meses podría lograr atravesar la cota del 2% en los próximos 6 meses. Hasta que esto ocurra, y en ausencia de grandes sorpresas en el frente arancelario, el Euribor probablemente oscilará en torno al 2% durante el resto de la temporada estival.
En Sintra, el vicepresidente del BCE, De Guindos, resaltaba que una apreciación del euro por encima del $1,20 podría convertirse en un problema para la eurozona (i.e. al lastrar la competitividad de las exportaciones europeas, de las que tanto dependemos). Asimismo, preveía un crecimiento plano de la economía en el segundo y tercer trimestre. Otros políticos monetarios europeos señalaban que estaban preocupados de que la inflación se asiente por debajo del nivel objetivo del 2% de manera prolongada, lo cual es más posible que se produzca con un euro fuerte, precisamente. Estas declaraciones y posibles escenarios nos hacen reafirmarnos en nuestra apuesta de que se producirá un recorte más de tipos antes de que acabe 2025, que debería dar un nuevo y último impulso a la baja al Euríbor.