Desde agosto de 2012, hace más de 11 años, no sucedía que el euríbor bajara tanto en un solo mes. Pese a ello, ahí terminan las buenas noticias para los prestatarios. Porque como sigue siendo más elevado que un año atrás, la revisión de las letras saldrá a pagar más.
Concretamente, para una hipoteca media (145.510 euros a pagar en 24 años, según los datos del INE para 2022) que tenga un diferencial de euríbor más un punto, la cuota se encarecerá en 79,8 euros mensuales. Pasará de 773 euros a casi 853. Esto significa, a lo largo de un año, abonar casi 958 euros más, según los cálculos de EL PAÍS, que tienen en cuenta una hipoteca que hubiera sido contratada el año pasado, descontando la amortización pertinente.
El incremento de la hipoteca media vuelve así a situarse por debajo de la barrera de los 100 euros mensuales, algo que no sucedía desde julio del año pasado, todavía en los primeros compases de la actual escalada. Visto retrospectivamente, los mayores sustos para los hogares con hipotecas se produjeron a principio de este año, ya que entre enero y abril los incrementos mensuales superaron los 260 euros. Pero, a la larga, sea en una subida o en dos, la cuenta sale similar: la hipoteca media ha subido unos 300 euros al mes respecto a lo que se pagaba en 2021. Esa máxima también se cumple para quienes la revisen en noviembre, que el año pasado ya vivieron un encarecimiento medio superior a los 210 euros.
La importancia del euríbor para muchos ciudadanos reside en que la referencia de este a 12 meses (aunque hay contratos que pueden contemplar otras) es la que normalmente se toma para revisar las hipotecas variables. Esa revisión se produce una vez al año habitualmente (aunque, de nuevo, puede haber préstamos que lo hagan con otra periodicidad) y de ahí que la diferencia con respecto al año pasado sea la que determina el aumento o disminución de las cuotas. De ahí que este mes, pese a ser más bajo que el anterior, sigan subiendo los préstamos como reflejo de todo lo que ha escalado el euríbor en el último año.
En el nuevo comportamiento del indicador, lo que muchos expertos definen como dientes de sierra, ha influido sin duda la nueva postura del Banco Central Europeo respecto a los tipos de interés oficiales. Tras 10 subidas consecutivas entre julio de 2022 y septiembre de 2023, Fráncfort los dejó congelados en la reunión de finales de octubre. Los analistas creen que en la próxima, prevista el 14 de diciembre, hará lo mismo. El motivo es que la inflación empieza a dar signos de contención. Como el motivo de la subida del precio oficial del dinero era luchar precisamente contra la subida descontrolada de precios, el regulador monetario puede ahora situarse en compás de espera y ver cómo evoluciona la situación. Y aunque el euríbor no responde directamente a los tipos oficiales, suele seguir la misma tendencia.