Las inciertas expectativas sobre los próximos pasos que dará el Banco Central Europeo (BCE) sitúan a los operadores en un mar de dudas ante la reunión del próximo 26 de octubre, en la que se decidirá si hay otro aumento de tipos o, por el contrario, se quedan en el 4,5% en que están desde septiembre.
Por el momento, lo que sí están descontando los mercados es que las tasas estarán algo más bajas que ahora dentro de un año. El Euríbor, que mide el interés de los préstamos entre bancos de la eurozona, cotiza con el mayor descuento respecto al precio oficial del dinero desde enero de 2022 (-0,35 puntos). La desinflación y la desaceleración de la economía han reforzado la tesis de que el BCE no tendrá capacidad para seguir subiendo los tipos de interés aunque los mensajes públicos de los distintos gobernadores mantienen un discurso ambiguo sobre la cuestión.
El Euríbor se mueve al son de las expectativas que marca el banco central, además de otros factores propios del mercado del dinero como la confianza entre bancos o el riesgo que se perciba en la concesión de créditos por el riesgo de morosidad o recesión.
En concreto, el Euríbor, acrónimo que significa «Euro Interbank Offered Rate» en inglés, es la tasa interbancaria europea de referencia que mide el interés al que los grandes bancos se prestan dinero entre sí. También se utiliza como referencia para determinar el costo de las hipotecas a tipo variable. Reemplazó en España al Míbor (Madrid InterBank Offered Rate) de la época en que se utilizaba la peseta y se convirtió en un término común después de que España adoptara el euro en 1999.
El cálculo diario del Euríbor es bastante sencillo y se obtiene a partir de una encuesta diaria a un grupo de grandes bancos europeos, incluyendo bancos españoles como Santander, BBVA, Caixabank y Cecabank. Actualmente forman el panel tan solo 19 entidades, apenas un tercio de las que llegaron a formar parte hace más de una década. El organismo rector que confecciona el Euríbor es ahora es el Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI), que sustituyó a la agencia Reuters después de los escándalos de manipulación sobre el Libor en Reino Unido. El EMMI utiliza una metodología híbrida que involucra tres niveles de toma de datos reales para garantizar la robustez y representatividad del Euríbor.