La subida de 25 puntos básicos -que llevó el tipo de depósito al 3,5%, su nivel más alto desde 2001- era ampliamente esperada, por lo que el mercado se centró en los comunicados del BCE, incluidas sus proyecciones económicas trimestrales actualizadas.
El tono de los comunicados fue agresivo. En su declaración, el Consejo de Gobierno subrayó que se espera que la inflación se mantenga «demasiado alta durante demasiado tiempo», un mensaje reiterado posteriormente por la Presidenta del banco central, Christine Lagarde. Hubo algunos elementos de equilibrio, como la mención de que «algunos» indicadores de las presiones subyacentes sobre los precios «muestran tímidas señales de suavización», pero quedaron claramente eclipsados por las declaraciones de línea dura.
La mayoría de las previsiones del BCE apenas variaron (las de crecimiento para 2023 y 2024 se revisaron ligeramente a la baja, hasta el 0,9% y el 1,5%, respectivamente, y las de inflación experimentaron una ligera revisión al alza). Lo que es más importante, las previsiones de inflación subyacente para 2023 y 2024 se elevaron bruscamente (en 0,5 p.p., hasta el 5,1% y el 3%, respectivamente), en sobre todo debido a la solidez del mercado laboral de la eurozona (la previsión para el 2025 se elevó en 0,1 p.p., hasta el 2,3%). Se espera que la inflación subyacente siga siendo persistente y la diferencia entre las previsiones de inflación y el objetivo del BCE se ha ampliado. En este sentido, Lagarde subrayó que los responsables de la política monetaria «no están satisfechos» con las perspectivas de inflación. La presidenta adoptó un tono hawkish durante su rueda de prensa, reiterando que el banco tiene «terreno que cubrir» y dejando claro que deberíamos esperar otra subida de tipos en julio. Lagarde prestó especial atención al mercado laboral (sobre todo a los costes laborales unitarios) y su tono sugiere que el banco está preocupado por sus efectos sobre la inflación. Está claro que el BCE no está convencido de que las presiones sobre los precios puedan bajar a niveles aceptables por sí solas.
El mensaje agresivo del BCE y el consiguiente ajuste de las expectativas de subidas de tipos provocaron un fuerte repunte del EUR/USD. El par se apreció aproximadamente un 1%, alcanzando su nivel más alto en un mes, por encima del 1,09. Las expectativas de los inversores sobre los tipos a corto plazo han cambiado poco, pero los tipos previstos a medio plazo han subido unos 5 puntos básicos tras la reunión, lo que sugiere que el mercado está considerando ahora más seriamente la posibilidad de dos subidas de tipos por parte del BCE después de junio.
Aunque la inflación está bajando, las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo inaceptablemente altas, y el BCE no quiere quedarse parado. El banco central ha enviado una señal similar a la de la Reserva Federal y otros bancos centrales del G10, que recientemente han sorprendido con su postura agresiva. De momento, parece que los responsables de la política monetaria siguen prefiriendo el «más» ante la incertidumbre.
Tras la reunión de ayer, confiamos en que el BCE siga subiendo los tipos de interés y nos sorprendería que el tipo terminal no alcance el 4%. El mercado laboral de la eurozona se muestra muy resistente y los responsables de la política monetaria no pueden ignorarlo. Creemos que la subida del par EUR/USD es alentadora, y la postura agresiva del banco central respalda nuestra previsión de un euro más fuerte a medio plazo.