Austria ha votado, este domingo, en unas elecciones generales que se preveían históricas. Unos seis millones de austríacos estaban llamados a las urnas para elegir el futuro de su país en una batalla muy reñida entre el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ: Freiheitliche Partei Österreichs) y el Partido Popular (ÖVP). Finalmente, según los sondeos a pie de urna, el FPÖ, liderado por Herbert Kickl, ha ganado las elecciones con el 29, 1 % de los votos, frente al 26, 2 % del ÖVP.
El Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ), por su parte, se queda en tercera posición, con el 20, 4 % de los apoyos, seguido de los Verdes, 8,6 %, y los liberales de Neos, 8,8 %. El FPÖ ha logrado un ascenso meteórico en los últimos años y ha sumado trece puntos respecto a sus resultados de 2019, gracias a su rotundo mensaje contra la inmigración irregular.
La participación, según la encuesta de Foresight publicado por la televisión pública austriaca ÖRF, ha sido del 78,1 %. Horas antes de conocerse los resultados, el líder del FPÖ se mostró confiado. «Tengo una buena sensación y creo que el estado de ánimo es el adecuado», declaró Kickl. El líder de la formación conservadora ya adelantó que que si ganaba las elecciones reclamaría que se le encargue a él la formación de Ejecutivo.
Aún así, la formación de un Gobierno del FPÖ se prevé complicada, ya que el resto de partidos han adelantado su negativa a facilitar una coalición con los conservadores. De hecho, el líder de los populares, el canciller federal en funciones, Karl Nehammer, destacó durante el cierre de su campaña que, «a diferencia de los ultranacionalistas, el ÖVP defiende una política de centro, de estabilidad y de confianza en el futuro» y tildó a Kickl de ser un «riesgo para la seguridad» de Austria.
Una vez se conozca el resultado oficial, el presidente federal, Alexander Van der Bellen, empezará las consultas con las diferentes formaciones. Tradicionalmente, el partido con más votos es el encargado de formar un Gobierno para la próxima legislatura de cinco años, aunque Van der Bellen se ha mostrado reacio a encomendar esa tarea al FPÖ si salía vencedor en los comicios. El Partido de la Libertad de Austria tiene entre manos una victoria agridulce.