Ninguna de estas tres visitas tiene relación alguna con Franco; sin embargo, el Gobierno Sánchez ha incluido la de este lunes en el programa de actos organizados para conmemorar los 50 años sin Franco. Por ello, ha decidido que en esta visita no sea el ministro de Exteriores, Albares, quien acompañe a los reyes, y envia al ministro de Memoria Democrática, Torres, para reforzar su pretensión de relacionar Auschwitz con Franco.
Lo que mañana se conmemora en Auschwitz es la liberación de los prisioneros que permanecían en ese inmenso campo de tortura, exterminio y espanto en el que murieron más de un millón de personas. Durante los meses previos a la liberación, los nazis habían trasladado a unos 65.000 prisioneros a trabajos forzados en sus industrias. También empezaron a borrar las pruebas de sus atrocidades: a desmontar los hornos de gas, a destruir los registros y a asesinar a los testigos.
Cuando llegaron las tropas soviéticas de liberación, quedaban unos 7.000 prisioneros en Auschwitz. Aquellos primeros soldados que llegaron al campo descubrieron una fábrica de muerte y espanto. Allí no solo se asesinaba en las cámaras de gas; también se moría de desnutrición, de malos tratos, de extenuación por el trabajo forzado, de enfermedades y como consecuencia de experimentos médicos. La gran paradoja fue que los soldados del totalitarismo estalinista devolvieron la libertad a los prisioneros del totalitarismo nazi.
Algunos de los supervivientes volverán este lunes a Auschwitz a compartir sus testimonios con el mundo para que, como dijo el Rey en su anterior visita, «la Humanidad no caiga nunca más en semejante horror». Es probable que este aniversario sea el último en el que intervengan antiguos prisioneros, dada su elevada edad.
Don Felipe y Doña Letizia tienen previsto llegar a Auschwitz a las 15:30 horas y asistir a la ceremonia, que empezará media hora después y en la que no habrá discursos políticos. Primero dará la bienvenida uno de los supervivientes, después intervendrán varios de ellos, les seguirá una intervención en nombre de los principales donantes del museo de Auschwitz y otra de agradecimiento. Y, tras el rezo de unas oraciones judías, los supervivientes y los mandatarios extranjeros rendirán tributo a las víctimas.
La ceremonia de Auschwitz reunirá a varios jefes de Estado y representantes de medio centenar de países. Entre ellos, los Reyes de España, el Rey de Inglaterra, los Reyes de Bélgica, de Dinamarca y de Países Bajos, que acudirán acompañados por la Princesa Catalina; los Grandes Duques Herederos de Luxemburgo, el Príncipe Haakon de Noruega y la Princesa Victoria de Suecia. También acudirán los presidentes de Alemania, Francia, Italia, Austria, Bulgaria, República Checa, Estonia, Finlandia, Hungría, Polonia, Eslovenia y Suiza, entre otros, así como los presidentes del Consejo Europeo y del Parlamento Europeo y el Nuncio Apostólico de Su Santidad en Polonia.
La ceremonia tendrá lugar en una carpa instalada ante la puerta del campo de concentración -en la que se puede leer «Arbeit macht frei (El trabajo os hará libres)»- donde se colocará uno de los vagones de tren de mercancías en los que se trasladaban a los prisioneros hasta Auschwitz, en muchos casos directamente hasta las cámaras de gas. Un espanto que hay que difundir y recordar para que nunca más se pueda repetir.