El Gobierno de Portugal ha puesto pie en pared ante una potencial adquisición de Novo Banco por parte de CaixaBank. «Las entidades españolas ya suponen casi un tercio del mercado bancario luso. Creo que ese valor no debería aumentar por una cuestión de concentración y de dependencia», ha señalado el ministro de Finanzas portugués, en una entrevista concedida al canal de televisión ‘RTP3’.
Según ha adelantado ‘Bloomberg’, el grupo catalán estaría entre los pretendientes que exploran su posible compra. Novo Banco es propiedad mayoritaria de la empresa de capital riesgo estadounidense Lone Star, aunque también tiene en su accionariado al Estado luso con un 25% como herencia del rescate a Espirito Santo. A este respecto, Sarmento ha expresado que, a pesar de su reticencia, la decisión corresponde a Lone Star, que ostenta el 75%.
Novo Banco, el cuarto mayor prestamista de Portugal, registró su primer beneficio en 2021. Anteriormente tuvo que deshacerse de activos y vender deuda para reducir su ratio de morosidad, que era uno de los más altos de Europa después de que el banco surgiera de la escisión de Banco Espirito Santo hace una década. CaixaBank, que opera en Portugal a través de BPI, y Banco Santander, figuran entre los cinco mayores bancos de la región. La entidad cántabra descartó por completo cualquier intento de pujar.
Como se recuerda, ayer dábamos cuenta de que CaixaBank habría contratado a Deloitte y Morgan Stanley para decidir si acomete esta operación, que ayudaría a escalar su dimensión en el mercado vecino con un volumen de activos de 90.000 millones. La decisión le llevaría a superar en tamaño al Banco Comercial Portugués (BCP). Según recoge el informe correspondiente al primer trimestre de 2025, BPI suma una cuota en créditos del 11,7% en Portugal y un 11,1% en recursos de clientes, mientras la contribución al beneficio de los tres primeros meses del año ha sido de 94 millones de un total de 1.470 millones y margen de intereses de 216 millones.
Cabe recordar que Novo Banco se desprendió de su negocio en España tras cerrar un acuerdo con Abanca, que finalizó la integración en 2022. Esta operación permitió a la entidad gallega fortalecer su posición en zonas como Madrid, así como en el segmento de banca personal, privada y empresas. El acuerdo permitió a la entidad liderada por Escotet superar los 107.000 millones en volumen de negocio.