El objetivo que persigue el Ejecutivo es el de devolverlo a la vida como organismo regulador especializado que cuente con los recursos adecuados para abordar la necesaria modernización de la regulación para preparar el sistema energético para el objetivo de neutralidad climática. También pretende reforzar las capacidades de inspección y seguimiento del cumplimiento de la normativa energética por parte del conjunto de actores, bajo un escenario en el que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) está totalmente desbordada.
El ente regulador nació en 1995 con el nombre de Comisión del Sistema Eléctrico Nacional y en 2013 el Partido Popular lo integró en la actual CNMC, que más de una década después se vuelve a segregar. Los cambios en el regulador no son novedad y llevan coleando desde hace tiempo. La ‘lucha’ por separar Competencia lleva tiempo comandada por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, pero se ha topado durante todo este tiempo con la negativa de Calviño, quien hasta diciembre ejercía como vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos.