Navarro ha explicado que los volúmenes tuvieron dos comportamientos diferentes durante el año pasado: un primer semestre con alzas y un segundo, especialmente el último trimestre, en el que la demanda se frenó y aumentó el producto llegado de Asia, y ha apuntado que «esta tendencia podría tener continuidad en 2023».Por otro lado, ha justificado el aumento de precios por los costes de energía y materias primas, especialmente en la primera mitad del año pasado, cuando la empresa pudo trasladar los costes al precio final, cosa que no pudo hacer en el segundo trimestre.
Basf realizó inversiones por valor de 50 millones de euros, frente a las previsiones de 44 millones «por la buena marcha» de los proyectos. Ha explicado que Tarragona «ha funcionado razonablemente bien», a diferencia de otras ubicaciones que dependen más de la industria de la automoción.
Navarro ha adelantado que, durante este año, se espera que se mantenga la incertidumbre por la invasión rusa de Ucrania, los elevados costes de las materias primas y la energía, la inflación y el aumento de los tipos de interés. «2023 ha dado comienzo con una demanda débil, que a nivel global esperamos que mejore durante el segundo semestre, especialmente en China» a medida que la economía acelere tras el fin de la política de Covid cero. La empresa contempla inversiones por valor de 43 millones de euros, destinados a la mejora de instalaciones y procesos, así como la apertura del Centro de Aplicación para la industria de la automoción en la fábrica de pinturas para coches de Marchamalo (Guadalajara), que ha representado una inversión de 16 millones de euros.