“Ateniéndonos única y exclusivamente a los elementos de prueba obrantes en el procedimiento como consecuencia de la actividad probatoria de las partes, sólo cabe concluir que frente a la ausencia de cualquier prueba en el expediente de la que se desprendan elementos que permitan dudar del carácter 100% renovable de los combustibles promocionados, Repsol ha aportado un principio de prueba suficiente para sostener la veracidad de dicha calificación”, reitera el jurado de la publicada en el análisis de todos y cada uno de los casos que la eléctrica puso en duda, con especial hincapié en que, tras la demanda por supuesto «greenwhasing’, nunca se aportaron pruebas suficientes como para demostrarlo.
En su resolución, el jurado de Autocontrol cree que no parece probable que un consumidor concluya «que en la actualidad todos los combustibles Repsol son 100% renovables, pues eso significaría admitir que fuera de las cincuenta estaciones de servicio de Repsol que actualmente cuentan con combustibles renovables, las restantes estaciones de servicio no comercializan combustible».
Por otra parte, considera que «no existe prueba de la que quepa deducir que las consecuencias derivadas del uso de los combustibles promocionados son sustancialmente distintas -en términos de consumo- que las derivadas del consumo de combustibles fósiles».
«En cambio, sí consta un estudio del que se desprende con claridad que dichas consecuencias -en términos de consumo- no son significativas», añade, por lo que afirma que «no cabe apreciar entonces que la publicidad omita en este punto información relevante, de forma que pueda inducir a error a un consumidor medio normalmente informado y razonablemente atento y perspicaz».
De ahí que considere que Repsol traslade «de forma clara e inequívoca el mensaje según el cual se promociona una nueva categoría de combustibles, que se podrán encontrar junto con los tradicionales de origen fósil, y que actualmente no están disponibles en todas las estaciones de servicio Repsol, sino solo en cincuenta». Por otra parte, estima que Iberdrola «no ha aportado ninguna prueba de la que se pueda desprender elemento alguno que permita poner en duda el carácter renovable de los nuevos combustibles de Repsol».