De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, la demanda de petróleo, que recuperó los niveles de 2019 en 2023, se ha estabilizado debido a la ralentización del crecimiento mientras la oferta se ha mostrado más resistente de lo esperado. Las perspectivas a corto plazo del mercado de crudo son más resistentes frente a los riesgos geopolíticos.
Los recortes de producción llevados a cabo por la OPEP+ se han visto compensados en gran medida por el aumento de la producción en otros países como Estados Unidos, con niveles de producción en máximos históricos. Además, a pesar de las sanciones occidentales, Rusia ha conseguido evitar el límite de precios impuesto por la Unión Europea y el G7 redirigiendo las exportaciones a terceros países como India, China o Turquía.
Crédito y Caución prevé que la demanda mundial de petróleo alcance su nivel máximo en los próximos años y empiece a disminuir en la segunda mitad de la década de 2020. De acuerdo con las proyecciones incluidas en el informe, en un escenario de referencia que tenga en cuenta solo los compromisos ya anunciados, la demanda mundial de petróleo se reducirá un 4% en 2030 y un 43% en 2050 frente a los niveles actuales. En un escenario hacia las emisiones netas cero para 2050, el descenso sería más abrupto, del 20% en 2030 y del 75% en 2050.
Las políticas de transición energética en Europa y Norteamérica, orientadas a la electrificación del parque automovilístico, serán los principales motores del descenso de la demanda. Se necesitarán progresivamente menores niveles de producción para satisfacer la demanda y la OPEP+ aumentará su cuota en un mercado global del petróleo más reducido en 2050.
El futuro precio de equilibrio del barril será sustancialmente inferior a los 80 dólares actuales. De acuerdo con los diferentes escenarios que contempla el informe, los niveles de precio en 2050 estarán entre los 25 y los 60 dólares.