La demanda de petróleo alcanzó un máximo histórico en 2024. El 75% de este aumento procedió de China que necesita el petróleo como materia prima petroquímica para la fabricación de tecnologías limpias. Sin embargo, se ha registrado una intensa ralentización de la demanda desde el cuarto trimestre de 2024, especialmente a medida que las tensiones comerciales agravan los riesgos macroeconómicos. Pese a ello, los mercados se están moviendo con relativa estabilidad frente a la continua volatilidad geopolítica.
En 2025, se prevé que India tome el relevo de China como principal fuente de crecimiento de la demanda de petróleo. La cuota de consumo mundial de Asia – Pacífico aumentará hasta el 38% en 2035, desde el 35% actual.
A nivel global, se espera un descenso del 40% en la demanda de petróleo para 2035. El principal motivo es el cumplimiento de objetivos climáticos que incrementará la presencia de vehículos eléctricos en el transporte por carretera.
Las perspectivas de suministro de petróleo a corto plazo siguen siendo sólidas, y las limitaciones de la oferta preocupan menos que en años anteriores. El nuevo contexto del mercado energético estará caracterizado por un excedente de oferta de petróleo que implica una presión a la baja sobre los precios y una mayor competencia entre los proveedores.
El futuro precio de equilibrio del barril será sustancialmente inferior a los 78 dólares actuales. De acuerdo con los diferentes escenarios que contempla el informe, los niveles de precio en 2035 podrían bajar hasta los 36 dólares.
Pese a ello, seguirá siendo necesario invertir en el sector petrolero para garantizar una transición energética gradual. El nivel de inversión en petróleo y gas en 2035 sería de 250.000 millones de dólares, un 70% menos que en 2024.