Cabe recordar que durante la segunda quincena de octubre alcanzaron tasas superiores al 5%, pero ahora han descendido al 4,6%, representando esta caída aproximadamente un 7% en este período. Pero no sólo en Estados Unidos, también los índices globales de bonos han recuperado significativamente a nivel de precios en las últimas semanas, y después del repunte no están muy lejos de entrar en territorio positivo para 2023.
No parece que estemos en un punto de inflexión, y todo indica que el mercado tiene sentimientos encontrados acerca de la situación de la economía estadounidense y global en general. Por lo tanto, es bastante probable que en las próximas semanas continuemos observando estos notables movimientos. Cuando los rendimientos bajan, puede ser una señal de que los inversores tienen preocupaciones sobre un posible enfriamiento económico o una menor inflación. Por lo general estas caída tan agudas y repentinas tiene un efecto rebote y recuperan en los días siguientes en parte.
Para la economía norteamericana, los datos publicados sugieren una desaceleración. Sin embargo, al menos por ahora, la inflación está encauzada pero no del todo controlada, por lo que todavía es temprano para iniciar un recorte en las tasas, al menos en Estados Unidos, donde las actuales previsiones de consenso sitúan esas primeras bajadas de tipos en primavera del año que viene.
Precisamente, el último dato de desempleo presentado en Estados Unidos sigue poniendo en evidencia el empeoramiento de la situación económica. El viernes pasado la tasa de paro aumentó una décima hasta situarse en el 3,9%. Ha subido ya cinco décimas desde niveles de pleno empleo que se situaron este año en el 3,4%. Aunque son niveles históricamente bajos, el mercado laboral comienza a mostrar signos de debilitamiento. La creación de empleo semanal no agrícola fue de 150.000, muy por debajo del dato de septiembre, y lejos de la media de 200.000 empleos tras la época post Covid. También se redujeron los ingresos medios por hora en el 4,1%, por debajo del 4,3% anterior. Es el dato más bajo desde verano del 2021. En la eurozona también se publicaron datos de desempleo. La tasa de paro se elevó hasta el 6,5%, una décima por encima del dato anterior. A pesar de esto, y a diferencia de EE. UU., en la zona euro todavía estamos muy cerca de datos mínimos, puesto que en septiembre de 2022 esta tasa estaba aún más alta en el 6,7%.
Semana de revalorizaciones muy importantes en renta variable, dentro de un contexto en el que los inversores parecen descontar que las subidas de tipos por parte de bancos centrales ya han llegado a su fin, y que, además, una sucesiva serie de malos datos macro podría implicar que las primeras bajadas de tipos se produjesen a comienzos de 2024.
Tras varias semanas consecutivas de caídas, hemos asistido a uno de los mayores rebotes al alza de todo el año, con índices como MSCI World recuperando un 5,75%, o el S&P 500 subiendo un 6%. De esta manera, la rentabilidad acumulada para ambos índices es del 11% y del 13,7% respectivamente. Europa se queda algo más descolgada, y aunque en la semana el Eurostoxx 50 ha recuperado un 3,5%, en el año se queda algo por detrás respecto a los índices americanos, subiendo un 9,4%.
Con el retroceso de rentabilidades de los bonos americanos de largo plazo, y la expectativa de próximas bajadas de tipos, el euro se ha fortalecido hasta los 1,07 eur/usd en los últimos días, aunque sigue cotizando en un estrecho rango, entre 1,05 y 1,075 eur/usd, que lleva manteniendo desde hace ya dos meses.