De entre todos los nombres propios sobre la mesa, dos de ellos, Pilar Teso, izquierdista moderada, que ya fue candidata en 2013; y, Pablo Lucas, izquierdista moderado propuesto por el sector conservador, encargado del control judicial al CNI, han obtenido diez votos cada uno. Será necesario repetir mañana la votación en la que, como mínimo, se requieren 12 apoyos, una mayoría reforzada para resultar proclamado.
Así las cosas, el nuevo presidente o presidenta, se enmarcará, pase lo que pase, en el sector progresista. Hay quienes recalcan que Teso sonaba para presidir el CGPJ como candidata del Gobierno en ocasiones anteriores y ello puede pesar en su contra esta vez; otros, sin embargo, insisten en que sigue siendo un nombre fuerte para liderar el órgano y apuestan que podría ser la elegida, finalmente.
Teso lleva 17 años en el Supremo. Recientemente, presentó un voto particular en el que defendía que debía haberse desestimado el recurso de la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF) contra el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de Sala de Memoria Democrática al entender que su cargo no es incompatible con la actividad profesional de su pareja.
En el caso de Lucas, las mismas fuentes subrayan que ha sido propuesto por los propios vocales conservadores. Lo califican como un magistrado «que en el Supremo todo el mundo quiere» por su talante conciliador, que además ha sido candidato al Tribunal Constitucional. Recientemente, fue ponente de la Sala Tercera que dictó la sentencia en la que resultó anulado el nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado. Lucas y Teso, ambos magistrados de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo, participaron en el tribunal que en 2019 avaló por unanimidad la exhumación del cadáver de Francisco Franco.
Sin candidato de consenso
Los siete aspirantes fueron propuestos el pasado jueves por los 20 nuevos vocales del CGPJ en el marco del Pleno de constitución del órgano de gobierno de los jueces, que tenía pendiente su renovación desde diciembre de 2018. Y, como adelantó El Debate, en primicia, el hecho de que no hubiese un candidato pactado de entrada, como en anteriores ocasiones, junto con el hecho de que los miembros del ala conservadora presentasen sus propias propuestas, ha complicado el consenso, en esta primera intentona.
De los que no han superado el primer corte, Huet es magistrada de la Sala Tercera del Supremo desde febrero de 2020. Votó a favor de rechazar los recursos que se presentaron contra los indultos que concedió el Gobierno a los condenados del procés. Las fuentes consultadas apuntan que, a pesar de ser de sensibilidad conservadora, no termina de convencer a los vocales de este sector.
Respecto a Del Moral y Lamela, las mismas fuentes inciden en que «nadie puede dudar» de su amplio currículo. Otras voces, sin embargo, señalan que el hecho de que ninguno tenga experiencia gubernativa puede pesar en su contra.
Del Moral es magistrado de la Sala de lo Penal Supremo desde abril de 2012 y fue uno de los integrantes del tribunal que juzgó el procés. También fue ponente de la sentencia que condenó en firme al exduque de Palma Iñaki Urdangarin o de la que rebajó la condena de inhabilitación al expresidente catalán Artur Mas por el 9-N.
Lamela es magistrada de la misma Sala Segunda desde septiembre de 2018. Fue la instructora del procés en la Audiencia Nacional antes de que el asunto recayera en el Supremo. También estuvo a cargo de la investigación contra el mayor de los Mossos D’Esquadra Josep Lluís Trapero y el expresidente del Barcelona F.C. Sandro Rosell.
Córdoba es magistrada de la Sala Tercera del Supremo desde febrero de 2020. Las fuentes consultadas subrayan que ha estado vinculada a la carrera desde siempre, que conoce el CGPJ por dentro, que no pertenece a ninguna asociación de jueces y que es capaz de conciliar grandes acuerdos y consensos. No obstante, hay quienes consideran que no reuniría los apoyos necesarios.