El metal dorado rebasó el jueves los 2.790 dólares por onza, su máximo histórico, lo que suponía en ese momento una subida anual del 35 %. Los analistas atribuyen el alza del precio del oro al recorte de los tipos de interés por parte de los bancos centrales, principalmente del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal, a lo que se suma la situación geopolítica y la incertidumbre económica que generan las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo día 5 en EEUU.
Sin embargo, al final de la semana, el oro ha sufrido una corrección y se ha alejado de su máximo histórico, algo que puede volver a variar la próxima semana con las elecciones en EEUU.
Si durante este año el precio de la onza de oro ha pasado de 2.058,96 dólares del 2 de enero a los 2.790 dólares que alcanzó esta semana, lo que supone un alza próxima al 35%, en los últimos 15 años el ascenso ha sido del 150%. Si el 31 de diciembre de 2009 el precio de la onza se encontraba en 1.096,95 dólares, actualmente ronda los 2.740 dólares.
El recorte de medio punto de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en su última reunión, y los tres recortes llevados a cabo por el BCE este año, los dos últimos efectuados de manera consecutiva han creado las condiciones para que los precios del metal dorado se disparen.
A estos factores se unen las tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica en torno a las elecciones presidenciales de EEUU. El oro se considera un activo refugio en periodos de incertidumbre porque los inversores creen que su valor siempre se mantiene mejor que el de otros activos como la renta variable, la renta fija, las monedas o las criptodivisas.
Los bancos centrales poseen ahora el 12,1% de las reservas mundiales de oro, el nivel más alto desde la década de 1990.