El oro continúa con su ascenso imparable y roza ya los 2.300 dólares, subida que se explica, en primer lugar, por las expectativas de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed). El mercado espera que estos comiencen en verano. El presidente de la Fed, Jerome Powell, quien habló el viernes, se refirió a los datos del PCE de febrero publicados ese mismo día como «en línea con las expectativas». También se mostró cauteloso sobre la perspectiva de recortes de tasas, enfatizando que se necesitan más buenos datos de inflación. Sin embargo, hizo referencia a un mayor equilibrio de riesgos entre el mercado laboral y el panorama de inflación. Los economistas también consideran que el oro se está beneficiando de la tensión geopolítica en Oriente Medio y de la incertidumbre que genera un año en el que se celebran multitud de elecciones. La debilidad del dólar, que hace que el oro sea más atractivo para inversores extranjeros, ayuda igualmente, junto con la acumulación de oro por parte de los bancos centrales y de China.