* La subida de siete semanas de los precios, impulsada por los recortes de la oferta por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados (OPEP+), fue la racha más larga para ambos referenciales este año.
* Los futuros del Brent escalaron cerca de un 18% y los del West Texas Intermediate (WTI) más de un 20% en las siete semanas que finalizaron el 11 de agosto, y los precios alcanzaron sus niveles más altos en meses.
* Esta semana, los índices han retrocedido más de un 3%.
* Los precios apenas variaban el viernes. El crudo Brent cedía 21 centavos a 83,91 dólares el barril a las 1033 GMT, mientras que el WTI cedía 9 centavos a 80,3 dólares el barril.
* China, el mayor importador de petróleo del mundo, se considera clave para apuntalar la demanda de crudo durante el resto del año.
* Pero la recuperación del país tras la pandemia ha sido lenta, debilitada por el tibio consumo interno, la vacilante actividad de las fábricas y el alicaído sector inmobiliario, lo que hace temer que Pekín no alcance su objetivo de crecimiento anual del 5% sin importantes medidas de estímulo.
* «El petróleo se encuentra… abandonado en las rutas marítimas de las noticias financieras y ni siquiera el continuo retiro de inventarios es suficiente para permitir la navegación continua en aguas positivas», dijo John Evans, del corredor de petróleo PVM.
* Datos mostraron que los inventarios de crudo en Estados Unidos cayeron en casi 6 millones de barriles la semana pasada debido a las fuertes exportaciones y a las tasas de ejecución de refinación. El suministro semanal de productos, un indicador de la demanda, alcanzó su nivel más alto desde diciembre.
* China realizó también en julio una rara reducción de existencias, en la primera vez en 33 meses que recurre al almacenamiento.
* Otro factor que pesa sobre los precios es la preocupación de que la Reserva Federal de Estados Unidos no haya terminado de subir las tasas de interés para combatir la inflación. El aumento de los costos de los préstamos puede impedir el crecimiento económico y, a su vez, reducir la demanda global de petróleo.