Esto, ha elevado las dudas de los inversores sobre una pronta resolución del conflicto y ha disparado el temor a una interrupción del suministro ruso. Así, el barril Brent, de referencia en Europa, avanza un 0,37%, hasta los 68,40 dólares; mientras que el barril West Texas Intermediate, de referencia en EEUU, gana un 1,42%, hasta los 64,91 dólares.
«El conflicto en Europa del Este sigue siendo un factor clave para los precios. En las últimas semanas, los ataques aéreos con drones han dañado instalaciones rusas que representan casi un diecisiete por ciento de la capacidad de procesamiento de crudo del país. Esta pérdida potencial de capacidad presiona los suministros globales y, por extensión, empuja al Petróleo WTI alza», valora Ávila, analista de mercados de IG. En este sentido, y aunque no todos los daños son permanentes, «el riesgo de interrupciones recurrentes genera incertidumbre y lleva a los traders a cubrir posiciones largas para protegerse ante posibles saltos de precio».
El otro motor alcista viene de Asia. «Una encuesta privada reveló que la actividad fabricante en China creció en agosto al ritmo más rápido de los últimos cinco meses. Esta cifra calma, al menos temporalmente, los temores de una desaceleración brusca en la demanda del mayor consumidor global de petróleo», afirma Ávila. De hecho, considera que para el petróleo WTI, «la percepción de una China más dinámica significa más barcos cargados de crudo rumbo a sus refinerías y, por tanto, más soporte para los precios».
«La atención se centra ahora en la reunión de la OPEP+, prevista para finales de esta semana. El grupo decidirá si mantiene su política de incrementos de producción más allá de septiembre o ajusta el ritmo en función de la demanda y de las tensiones geopolíticas», dice Ávila. «Creemos, al igual que el mercado en general, que el grupo mantendrá los niveles de producción sin cambios para octubre», avanzan en ING Economics.
Esto se produce tras la reducción de los 2,2 mb/d de recortes voluntarios adicionales de suministro de la OPEP+ durante los últimos seis meses. La magnitud del superávit hasta el próximo año implica que es improbable que el grupo aporte más oferta al mercado. El mayor riesgo es que el cartel petrolero decida restablecer los recortes de suministro, dada la preocupación por un superávit.