Ahora, la cotización se encuentra titubeando, bailando sobre esa zona a la espera de que algún catalizador lleve el precio del crudo hacia arriba (por ejemplo si las negociaciones entre EEUU y Rusia sobre Ucrania fracasan) o hacia abajo (si la paz llega antes de lo previsto y Rusia vuelve con normalidad al mercado global de crudo). Por el momento, los expertos señalan que los descensos del petróleo se deben a esta expectativa de una paz temprana, al incremento de los inventarios en EEUU durante la semana pasada y a la nueva cepa del covid que se está analizando el China.
El precio del petróleo ha comenzado la semana bajo presión, arrastrando las pérdidas registradas el viernes. Varios factores están contribuyendo a la caída de los precios, desde la reanudación de suministros clave hasta la posibilidad de que Rusia vuelva a colocar su petróleo en el mercado en caso de un acuerdo de paz con Estados Unidos sobre Ucrania. Según John Evans, analista de PVM Oil, «no importa las decisiones sobre tipos de interés, los datos de inflación… los precios del petróleo han estado deprimidos o planos».
Uno de los elementos que está empujando el crudo a la baja es la posible reanudación de las exportaciones a través del oleoducto kurdo-iraquí, que podría llevar crudo desde el Kurdistán iraquí hasta el puerto turco de Ceyhan. El oleoducto ha estado cerrado por disputas legales entre Turquía, Irak y el Kurdistán, pero si las diferencias sobre los pagos y la distribución de ingresos se resuelven, el flujo inicial podría alcanzar los 185.000 barriles diarios (bpd), con la posibilidad de recuperar los 450.000 bpd que se exportaban antes de su cierre hace dos años.
Otro factor que ha neutralizado cualquier impulso alcista del petróleo es el aumento en la carga de petróleo kazajo a través del oleoducto CPC (Caspian Pipeline Consortium). Aunque los ataques con drones ucranianos afectaron parte del suministro de Kazajistán que se transporta a Rusia, los informes indican que las exportaciones desde el Mar Negro han sido revisadas al alza hasta los 1,67 millones de barriles diarios (mbpd), desde los 1,42 mbpd inicialmente previstos. «Incluso si las reparaciones tardan algunas semanas, parece haber un colchón de protección contra la pérdida estimada de 380.000 barriles por día», explica Evans.
El escenario geopolítico sigue siendo impredecible. A mediados de la semana pasada, el precio del petróleo repuntó tras la resistencia de Volodímir Zelenski a las negociaciones entre Moscú y Washington, pero hacia el final de la semana el mercado volvió a caer cuando Ucrania suavizó su postura, aumentando la posibilidad de un acuerdo. Según Evans, el presidente ucraniano «no tuvo más opción que emplear un lenguaje más conciliador e incluso podría aceptar el acuerdo sobre minerales que exige EEUU a cambio de más apoyo militar».
Las negociaciones para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania han comenzado, y un eventual acuerdo de paz podría sacudir el mercado energético global. Según el informe Global Energy Weekly, elaborado por Francisco Blanch y su equipo de estrategas de materias primas en Bank of America Merrill Lynch, el fin del conflicto podría traer consigo un alivio en las sanciones energéticas impuestas a Moscú, lo que «permitiría que volúmenes incrementales de petróleo, gas y carbón lleguen a los mercados mundiales, proporcionando un respiro a los consumidores de energía».
Uno de los principales efectos de un posible acuerdo de paz sería la reducción de las rutas comerciales. En los últimos años, las sanciones obligaron a Rusia a desviar sus exportaciones de crudo hacia India y China, en viajes largos y costosos. Sin embargo, si las restricciones se suavizan, los barriles rusos podrían regresar a Europa, eliminando esos trayectos y permitiendo una oferta más fluida. En palabras de los analistas, «si los barriles rusos ya no necesitan hacer un largo viaje a India o China, y de repente hay más suministro disponible, el Brent podría caer entre 5 y 10 dólares por barril».
Otro factor clave es la energía varada dentro de Rusia. Con las sanciones, una parte de la producción petrolera quedó atrapada en el país sin acceso a los mercados internacionales. Un alivio en las restricciones permitiría que este crudo volviera a la circulación global, lo que sumaría más oferta y presionaría aún más los precios a la baja. Los expertos de Bank of America advierten que «la reducción de estas largas rutas comerciales liberaría almacenamiento operativo en el mercado», aumentando la disponibilidad de crudo.
El tercer elemento que contribuiría a la caída de precios es la posible reactivación de las empresas de servicios energéticos dentro de Rusia. Con las sanciones en vigor, muchas compañías extranjeras de tecnología y equipos especializados han abandonado el país, afectando su capacidad de producción. Sin embargo, si se levantan algunas restricciones, estas empresas podrían regresar y fortalecer la infraestructura energética rusa, aumentando la producción y el suministro global.
El impacto en los precios no solo afectaría al crudo, sino también a los productos refinados. Actualmente, los productos derivados del petróleo ruso, como el diésel, deben viajar largas distancias para encontrar compradores. Con la reducción de esas rutas, los márgenes de refinación globales podrían caer aún más, lo que afectaría a la rentabilidad de las refinerías y contribuiría a un mercado con precios más bajos. A pesar de estos factores bajistas, el petróleo sigue influenciado por los riesgos políticos. Evans advierte que «la historia se repite de nuevo con líderes fuertes y acuerdos», en referencia a la posibilidad de que Donald Trump, Vladímir Putin y Xi Jinping configuren un nuevo orden global similar al que establecieron Roosevelt, Stalin y Churchill tras la Segunda Guerra Mundial. Cualquier movimiento en este sentido podría traer consigo una reconfiguración de los flujos de petróleo y afectar los precios en el mediano y largo plazo.
El mercado petrolero también está pendiente de otros eventos económicos que pueden influir en la evolución de los precios esta semana. Entre ellos destacan los datos de inflación globales, las decisiones de tipos de interés, las previsiones de PIB, consumo, viajes, turismo… Sin embargo, según Evans, «aunque cualquier oscilación se produzca en los mercados, los precios del petróleo seguirán atados a las negociaciones sobre el futuro de Ucrania».