«Los datos del PIB de China publicados hoy dejan claro que el modelo de deflación en el que está entrando su economía exige nuevos estímulos monetarios que puedan impulsar el crecimiento económico”, afirma Macchiavelli, responsable de análisis en Admirals España
Las expectativas de crecimiento tras las medidas restrictivas eran positivas, sin embargo, los recientes datos publicados siguen decepcionando pese a haber superado estimaciones, ya que el crecimiento reflejado no está a la altura de lo necesario para ver un impulso económico que recupere el lastre producido por las medidas restrictivas aplicadas durante los últimos meses.
Esto exige mayores estímulos de política monetaria que el PBoC está llevando a cabo, pero teniendo en cuenta el decalaje de los efectos de estos nuevos estímulos, podríamos esperar más contracciones hasta que los efectos expansivos puedan manifestarse en la economía china, la evolución de la macro será muy relevante en los próximos trimestres.»
Por su parte, del Valle, responsable de análisis en la agencia de valores Activotrade. Comenta que «Luces y sombras continuas sobre la economía china tras los débiles datos de crecimiento que hemos conocido durante la noche. Recordemos que la economía china ha crecido entre un 6% y 8% durante los últimos 10 años (excepto 2020 en plena pandemia y el pasado 2022 con un +3%) para crecer en el último trimestre un triste 0.8% frente a un 2.2% del primer trimestre de este 2023, lo que desde nuestro punto de vista dificulta incluso llegar a pensar que China llegue a crecer un 5% a cierre de año (como lo muestran las nuevas actualizaciones de Morgan Stanley, JPM o Citi entre los últimos).
Los inversores tampoco se creen las futuras promesas sobre la economía asiática, a modo de ejemplo, uno de los principales índices de China, el FTSE China A50, cede -11% en el último año frente a subidas del +17% del S&P500 o del +25% del DAX 40, y eso a pesar de unos tipos de interés bajos en comparación con el resto del mundo para intentar apoyar un debilitado y apalancado sector inmobiliario entre otros, con unos datos de precios que registran ya caídas desde hace 1 año con precios del productor cayendo más de un 5% (algo que no sucedía desde el pasado año 2009 y 2015) y una inflación para el consumidor al 0% según los últimos datos del pasado mes de junio. Es decir, una economía en declive y precios indicando deflación.
Conclusión: el resultado es una economía que ha bajado los tipos a 1 año más de un 300 puntos básicos durante la última década hasta el 3.55% actual con un crecimiento a la baja en los últimos años e inmersa en un proceso de deflación en el corto plazo. Es un entorno negativo para activos.»