El índice fue impulsado a la baja por los subcomponentes de los plazos de entrega de los proveedores, que mostraron una mejora considerable de las presiones de las cadenas de suministro (y generalmente indica un empeoramiento de las condiciones del sector manufacturero), y los stocks de compras, que señalaron la disminución más marcada desde mayo de 2021. Estos dos factores juntos contrarrestaron las influencias positivas que los índices de producción, de nuevos pedidos y de empleo tuvieron en el índice PMI.
Según las empresas encuestadas, las mejoras en el suministro de materias primas, en parte debidas a entregas más rápidas por parte de los proveedores, respaldaron los programas de producción. De hecho, los plazos de entrega de los proveedores en febrero se redujeron en su mayor medida desde mayo de 2009. No obstante, las débiles condiciones de la demanda continuaron teniendo un impacto en la producción industrial.
Los nuevos pedidos cayeron por décimo mes consecutivo debido a que la reducción de los stocks por parte de los clientes, la inflación y la incertidumbre económica en general afectaron el rendimiento de las ventas. Los mercados internacionales supusieron un lastre notable y más fuerte en la demanda, subrayado por una disminución más rápida de los nuevos pedidos de exportación en febrero.
Puesto que las condiciones de las cadenas de suministro han mejorado y los volúmenes de las carteras de pedidos han disminuido, los fabricantes de la zona euro redujeron tanto sus compras como sus stocks de insumos en febrero. Los stocks de compras cayeron por primera vez desde septiembre de 2021, a medida que las empresas intensificaron sus esfuerzos para reducir los stocks de seguridad.
La atenuación de las presiones de los precios también redujo la necesidad de las empresas de mantener un exceso de stocks en febrero. De hecho, los últimos datos de la encuesta mostraron otra reducción considerable de la inflación de los costes de los insumos a los que se enfrentan los fabricantes de la zona euro. En general, los precios de compra aumentaron solo marginalmente y a la tasa más débil desde septiembre de 2020. Sin embargo, la inflación de los precios cobrados demostró ser más rígida, ya que la tasa de aumento de los precios de venta se mantuvo fuerte y muy por encima de su promedio a largo plazo a pesar de que los precios cobrados aumentaron al ritmo más lento en dos años.
De cara al futuro, los fabricantes de la zona euro se mostraron ligeramente más optimistas respecto a las perspectivas en el plazo de doce meses comparado con enero. Las expectativas de producción futura se situaron en su punto más optimista desde la invasión rusa de Ucrania, hace aproximadamente un año. Esta perspectiva más positiva apoyó otro mes de contratación. El empleo en las fábricas aumentó moderadamente y al ritmo más rápido en cuatro meses. Estos mayores niveles de dotación de personal, junto con una nueva caída en la entrada de nuevos pedidos, hicieron que los trabajos pendientes se redujeran por noveno mes consecutivo en febrero.
ESPAÑA REGISTRA MEJORAS, MIENTRAS EN FRANCIA Y ALEMANIA HAY DESCENSOS
Por países, de los ocho cubiertos por el estudio (que combinados representan aproximadamente el 89% de la actividad manufacturera total), los índices PMI manufactureros de cuatro de ellos se situaron en territorio de expansión. Los productores de Italia registraron la mejora más rápida de las condiciones operativas en febrero y su índice PMI respectivo aumentó hasta su máxima de diez meses. Grecia registró un repunte de fuerza similar, mientras que Irlanda y España registraron mejoras marginales frente al mes anterior. En el núcleo de la zona euro (Alemania y Francia) se observó que los índices PMI manufactureros cayeron de nuevo por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50.
Para S&P Global Market Intelligence «es una buena noticia la expansión marginal de la producción experimentada por los fabricantes de la zona euro en febrero, ya que representa el primer incremento desde mayo del año pasado y una nueva mejora en la tendencia subyacente desde la mínima observada en octubre del año pasado».
«Esta imagen más positiva de la producción refleja ante todo una mejora generalizada en las cadenas de suministro, ya que las entregas de insumos a las fábricas se aceleraron en promedio a un grado no observado desde 2009. La reducción de la escasez de suministros y retrasos ha facilitado una mayor producción, lo que permite a las empresas hacer frente a las cargas de trabajo acumuladas durante la pandemia», añaden.
No obstante, «desafortunadamente, las entradas de nuevos pedidos continuaron cayendo a un ritmo marcado, lo que refleja una demanda persistentemente débil a medida que el gasto de los clientes se mantuvo débil. Las políticas de reducción de inventarios también conllevaron a una caída en la demanda de insumos manufacturados. Por lo tanto, la demanda deberá aumentar aún más en los próximos meses para que el crecimiento de la producción se pueda mantener, rompiendo la dependencia de los pedidos por completar».
Mientras tanto, creen que la combinación de una mejora de la oferta y una demanda débil sostenida así como unos precios más bajos de la energía «están ayudando a reducir drásticamente las presiones inflacionistas, ya que los costes de las materias primas apenas aumentaron en febrero, señalando la tasa de aumento más lenta en alrededor de dos años y medio. Los precios de venta continuaron subiendo considerablemente, a pesar de que la tasa de aumento disminuyó hasta su mínima de dos años. Sin embargo, esta tendencia alcista refleja en parte el efecto atrasado habitual de los cambios en los costes que se trasladan a los precios cobrados», dicen.
EL ÍNDICE TODAVÍA APUNTA A UNA DESACELERACIÓN
Los datos del PMI manufacturero de febrero «fueron decentes una vez que se analizan los detalles», apuntan los analistas de Pantheon Macroeconomics. Pero consideran que el índice de producción manufacturera de la zona euro «todavía apunta a que la desaceleración en la manufactura se está intensificando y la industria está siendo un lastre para el crecimiento del PIB en el primer trimestre».
Por su parte, los expertos de Oxford Economics creen «importante destacar que la caída en el índice general probablemente subestime la resiliencia de la industria de la eurozona». Y añaden que los resultados «plantean un riesgo al alza para nuestra previsión de otra caída del 0,5% intertrimestral en la producción industrial en el primer trimestre».
A pesar de la mejora en el sector,» las presiones de costes, como en los salarios, continúan persistiendo para las empresas. De manera crucial, dado que los productores aún pueden transferir la mayor parte de los costes más altos de los insumos a los precios minoristas, es probable que la inflación subyacente disminuya solo gradualmente este año, lo que llevaría al Banco Central Europeo (BCE) a aumentar los tipos de interés en 100 pb adicionales durante los próximos meses», afirman.