«La oferta representa la apuesta del Gobierno vasco por el arraigo de nuestra industria», defendía Mikel Jauregi como consejero vasco de Industria antes de participar en un acto en Bilbao este jueves.
A través de reuniones con Jainaga y Carlos de Palacio, como presidente de Talgo, el lehendakari Pradales ha guiado en los últimos meses una ofensiva industrial para reafirmar la solución vasca. El propio Pradales no escondía meses atrás su pretensión de trasladar a Euskadi la sede social que Talgo mantiene en la capital y este jueves era el diputado general de Álava, González, quien recogía el guante.»Talgo tiene alma alavesa, tiene origen alavés. Yo creo que es fundamental trabajar para que vuelva aquí su centro de decisión», destacaba en una entrevista con Radio Vitoria este jueves. «Todo el ámbito de la I+D+i, que es muy importante para la compañía, también es muy importante para el territorio, antes de esgrimir que la oferta conjunta es «completamente competitiva» y además «cuenta con el apoyo del Gobierno vasco y del Estado».
Talgo, con fábrica en Las Matas (Las Rozas, Madrid) y en el municipio alavés de Rivabellosa, juega un papel estratégico en la industria vasca como compañía que emplea allí a 700 trabajadores y atrae grandes inversiones en la región. Este aspecto ha propulsado que, ante la negativa de CAF a participar en la operación, el Gobierno vasco haya apostado por la siderúrgica local Sidenor como caballo ganador. Dado que, a pesar de no tener especial convergencia industrial,
Sin embargo, no todo esta tan claro. Por primera vez desde que se conoció el proceso de venta de Talgo, Pegaso Transportation, la sociedad que articula la participación conjunta de Trilantic y las familias Oriol y Abelló (a través de Torreal), que ostentan de forma conjunta un 40,0% del capital del fabricante ha dico algo atraves de una nota en la que señala que la oferta del consorcio vasco «está sometida a múltiples condicionantes», entre los que se encuentran «la finalización de una due diligence sobre Talgo, la autorización de los órganos de gobierno de los inversores autores de la oferta y la obtención de las autorizaciones regulatorias no más tarde del 15 de mayo de 2025», aunque ese plazo se podría extender otro mes más, dado que tiene que recibir el visto bueno de las autoridades de Competencia y de control de inversiones extranjeras en los países donde Talgo tiene negocio.
La exposición pública de Pegaso es especialmente significativa, porque muestra que pese a que el pacto parasocial firmado en 2015 decayó el pasado 31 de diciembre de 2024, los tres accionistas siguen cooperando para deshacer sus posiciones. Esta situación, deja entrever una posible negativa a la oferta del consorcio vasco, que sin mostrarlo explícitamente, limita su intención de entrar en Talgo a la parte controlada por Trilantic. Este enroque supondría, una vez más, volver a la casilla de salida y que cualquier interesado tuviera que formular una opa por el 100% del capital, dado que el 40% de los tres socios de Talgo es superior al máximo de venta del 30% que fija la Ley.
Mientras tanto, la oferta presentada el miércoles y notificada a la CNMV un día después comprende un precio fijo de 4,15 euros por título y un variable de 0,65 euros, si se cumplen ciertos hitos de negocio entre 2027 y 2028. El mejor de los escenarios para el fondo británico supone un precio de 177 millones de euros por el paquete de acciones del 29,8% que mantiene en Talgo a través de la instrumental Pegaso. Si bien la oferta sigue sin alcanzar los cinco euros que exigía el fondo que lidera el español Javier Bañón, sí conlleva una mejora considerable respecto a los cuatro euros ofertados en su propuesta anterior. «Pegaso evaluará la oferta recibida, sin que hasta el momento haya adoptado una decisión al respecto», reiteran desde la sociedad.