Estas estimaciones colocarían el precio de los nuevos inmuebles residenciales en 2.925 euros el metro cuadrado. Los niveles de actividad han bajado de manera asimétrica y se estima que 2023 acabará con un nivel de transacciones inmobiliarias inferior en torno a un 20% al registrado en 2022 -un año de récord para el sector-, por lo que se rondarán las 550.000 compra-ventas. En este sentido, las pérdidas más importantes de dinamismo se concentran en las regiones con más nivel de actividad como son Andalucía (en la que desciende un 8%), la Comunidad de Madrid (un 11% menos) o Cataluña (un 8,9% inferior). Aunque en el levante y en regiones como Asturias o Castilla y León mantienen registros positivos. Por el contrario, el crecimiento de los precios de las nuevas edificaciones se ha desligado de la actividad, ya que en todas las autonomías aumenta por encima del 2%, destacan desde la Sociedad de Tasación. A diciembre de 2023, los mayores incrementos se concentran en las Íslas Baleares, la Comunidad de Madrid y Euskadi (con alzas del 6,8%, el 6,3% y el 5,8%, respectivamente).
Según Villanueva, este hecho se produce ya que, al encarecerse el coste de la financiación bancaria por el incremento de los tipos de interés, hay más dificultades para hacerse con una vivienda nueva, pero como la demanda sigue alta los precios tardan más en moderarse.
Desde la burbuja inmobiliaria las obras residenciales ha bajado súbitamente, desde un pico cercano a las 600.000 unidades en 2007 hasta una media cercana a las 80.000 desde la década de 2010. Esto, sumado a la expansión demográfica, es lo que hace concluir a la Sociedad de Tasación que la vivienda de segunda mano esté captando la demanda casas que no se están construyendo.
En este sentido, frente a los todavía intensas alzas de precio en la vivienda nueva, en la segunda mano se observan incrementos del 1% o inferiores, destacan. No obstante, Villanueva asegura que «no es una solución», ya que el de la obra nueva es un mercado «muy diferente con productos muy distintos».
La Sociedad de Tasación también hace hincapié en el desequilibrio entre la oferta y la demanda de casas en España en la última década. Desde la institución alertan de que esta tendencia se podría intensificar en las próximas dos décadas de mantenerse los actuales niveles de construcción de vivienda nueva, que rondan una horquilla entre las 80.000 y las 100.000 unidades al año. Estas altas residenciales son insuficientes para cubrir la proyección de nuevos hogares, que estaría en torno a las 200.000 familias de media cada año, indican.