El activo refugio por excelencia registró el martes su mayor caída en doce años por el temor a que su precio, que se dispara alrededor del 60% sólo en lo que va de año, esté sobrevalorado. El metal precioso ha llegado a superar en las últimas horas la cota histórica de los 4.300 euros por onza, para desplomarse después más de un 6% y cotizar ligeramente por debajo de los 4.100 dólares. En su caída arrastró consigo a la plata, que llegó a desplomarse más del 8% en la sesión previa.
Desde mediados de agosto el oro se ha embarcado en un ‘rally’ debido a que los inversores han tratado de evitar la deuda soberana y las divisas para protegerse de los crecientes déficits presupuestarios, y a las expectativas de que la Reserva Federal siga adelante con los recortes de tipos en Estados Unidos de aquí a final de año. Estos dos factores han dado un impulso ‘extra’ a su valor tradicional como activo refugio, sobre todo ante la agresividad de la política comercial de la Casa Blanca y en medio de fuertes tensiones geopolíticas.
En este caso está siendo determinante también la acción de los bancos centrales, que buscan reducir su exposición al dólar, así como el impulso por parte de los fondos cotizados o (ETF) y el deseo de los inversores minoristas de sumarse al carro de un oro cada vez más fuerte.
Desde Bloomberg añaden que el cierre parcial del gobierno estadounidense ha dejado a los operadores sin una de sus herramientas más valiosas: el informe semanal de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC). Este documento muestra cómo están posicionados los fondos de cobertura y otros gestores en los futuros de oro y plata en EEUU. Sin esos datos, los especuladores podrían asumir posiciones anormalmente grandes en uno u otro sentido.
Los movimientos recientes de la plata han sido aún más drásticos que los del oro. Partió de una escasez histórica en el mercado de Londres que catapultó los precios por encima del récord de 1980 la semana pasada. Los precios de referencia superaron a los futuros de Nueva York, lo que llevó a los operadores a enviar metal a la capital británica para aliviar la escasez. El martes, los inventarios de plata en los depósitos vinculados a la Bolsa de Futuros de Shanghái registraron su mayor salida diaria desde febrero, mientras las reservas en Nueva York también cayeron.