La patronal del sector, sin embargo, achaca las dificultades para encontrar trabajadores a la escasez de «profesionales formados», aunque sí reconoce el problema de la vivienda para los trabajadores en las islas y en la Costa del Sol. Ante esta situación, que puede poner en peligro una campaña de verano que promete ser de récord, el sector comienza a lanzar soluciones y, por ejemplo, ofrece vivienda y alojamiento a sus trabajadores contratados en Canarias y Baleares, o cursos de formación gratis. Así, la Federación de empresarios de hostelería y turismo de la provincia de Pontevedra (Feprohos) organiza estos días un curso gratuito para formar a personal de bar y sala que sirva para dar respuesta a la elevada demanda de trabajadores del sector. Una iniciativa que también lleva a cabo la Asociación Provincial de Hostelería de A Coruña y varias más a lo largo y ancho del país. En el curso de Pontevedra, que dura hasta el 23 de junio, están participando una veintena de desempleados y «todos ellos saldrán de la formación con un trabajo garantizado», se asegura desde la Federación de las Rías Baixas.
Las principales cadenas hoteleras de las Islas Baleares, por su parte, bloquean habitaciones en sus establecimientos para cederlas a los trabajadores y así paliar los problemas de vivienda, muy acuciantes en Ibiza y Formentera, que impiden la llegada de personal procedente de la Península. Y es que ya el año pasado la falta de trabajadores afectó a toda la oferta hotelera, de restauración y de ocio de Baleares, como reconocen desde las propias cadenas.
Es por ello que cadenas como Palladium, Meliá o Iberostar, entre estas dos últimas han contratado a cerca de 3.000 trabajadores para la campaña veraniega, ya han adoptado esta estrategia para asegurarse el personal. Algo que ya pusieron en práctica durante la pasada Semana Santa, junto con otras medidas como el alquiler o la compra de apartamentos directamente. La presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), Frontera, ha explicado que la falta personal cualificado «es un reto muy importante para Baleares y está muy vinculado al problema de la vivienda, que no se solucionará en dos días».
La cadena Barceló, por ejemplo, en una oferta de trabajo activa estos días en un portal de empleo, ofrece un puesto, a través de Acttiv, como jefe de animación en uno de sus hoteles de junio a septiembre, por el que paga 1.427 euros al mes y además ofrece: «Alojamiento: podrás usar el alojamiento ofrecido por el hotel o buscar tu propio alojamiento. Si decides usarlo, se te descontarán 162 euros mensuales de tu nómina para pagar los gastos. Comidas incluidas en el comedor de personal. Dos días libres a la semana. Contrato fijo-discontinuo. Mutua de accidentes laborales y seguro de responsabilidad civil (durante horario de trabajo). Seguridad Social y 30 días (naturales) de vacaciones por año trabajado». En otra oferta de trabajo como animador, en este caso para niños en las Islas Canarias, para la temporada veraniega también se especifica que: «podrás usar el alojamiento ofrecido por el hotel o buscar tu propio alojamiento. Si te decides por el que te ofrece el establecimiento, se te descontarán 160 euros mensuales de tu nómina para pagar los gastos».
Pero esta falta de viviendas para los trabajadores del verano no se ciñe únicamente a los dos archipiélagos y también ha estallado con fuerza en la Costa del Sol debido a la masificación y a la proliferación de apartamentos turísticos. En la hostelería malagueña estiman que necesitan entre 300 y 400 empleados más y en la hostelería unos 10.000 aproximadamente. Con estas cifras, en el presente verano trabajarán entre ambos sectores en la Costa del Sol unas 135.000 personas. Y es que se necesitan cubrir puestos de camareros, ayudantes de camareros, cocineros, ayudantes de cocineros, pinches, personal de sala, camareros de piso, recepcionistas e incluso ayudantes de mantenimiento. Luque, director general de Fuerte Group Hotels y presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) reconoce la dificultad de acceso a la vivienda para los trabajadores. «Es un fenómeno que se está dando en varias partes del mundo y que también empieza a preocuparnos a los hoteleros en Málaga», asegura.