El que de momento se hayan encontrado algunas papeletas y que la Junta electoral de Badajoz haya informado a Correos de que los 124 electores afectados por el robo de la caja fuerte en la oficina de Fuente de Cantos, en la provincia de Badajoz, podrán emitir nuevamente su voto por correo, después de que se hayan encontrado las papeletas esparcidas por el suelo en las inmediaciones de la citada localidad, no ha de hacernos olvidar que el suceso es grave.
En efecto, este tipo de fraude no solo pone en entredicho la legitimidad de los resultados electorales, sino que también erosiona la confianza de la ciudadanía en las instituciones y en el propio sistema democrático. Cuando los ciudadanos perciben que su voto puede ser manipulado o sustraído, se debilita el principio fundamental de igualdad política y se incrementa el riesgo de abstención y desafección política.
Las consecuencias políticas de estos delitos son profundas y de largo alcance. Por un lado, los partidos y candidatos que resultan perjudicados pueden recurrir a impugnaciones judiciales, generando inestabilidad e incertidumbre durante el periodo postelectoral. Por otro, la polarización social se agudiza, ya que los simpatizantes de distintos grupos tienden a acusarse mutuamente de prácticas fraudulentas, lo que dificulta el diálogo y la reconciliación democrática.
Ante este escenario, es fundamental que las autoridades refuercen los mecanismos de control y verificación del voto por correo, garantizando la transparencia y trazabilidad de todo el proceso. Además, resulta imprescindible fomentar la educación cívica y la participación activa de la ciudadanía en la vigilancia de los comicios. Solo así será posible restaurar la confianza en las urnas y proteger uno de los pilares esenciales de nuestra convivencia: el derecho al voto libre y secreto.
De lo contrario nos estaremos acercando mas deprisa de lo que nadie sospechaba hacia eso que se ha denominado como república bananera y cuyo gran exponente es Venezuela pais del que han tenido que alejarse millones de venezolanos y en el que tanto la calidad política como la seguridad de las personas son una broma

