Un noble de Graz, Leo, de origen judío, hijo de un banquero, que es inspector de policía en Viena y una fotógrafa forense, Julia, que trabaja en la policía y que tiene una hija pequeña sorda, junto con un periodista, Harry, constituyen el núcleo de los personajes centrales. Son personajes vivos, bien descritos y que se hacen amables a los lectores. Todos se van a ver involucrados en una serie de asesinatos.
La novela comienza cuando Leo que ha invitado a Julia a la Ópera en Viena porque es su cumpleaños, se disponen a entrar, pero no podrán hacerlo porque el Jefe superior de policía, reclama a Leo para que vaya a investigar el asesinato de un amigo suyo que ha aparecido muerto en la cripta de San Esteban. Habrá que leer las 500 páginas de la novela para que puedan ir a la Ópera.
El difunto es un profesor que ha interrumpido una sesión de espiritismo en la casa de una diva de la Ópera y que se dispone a atacar a los que creen en esas sesiones. La novele transcurre en los últimos años del siglo XIX cuando está en plena efervescencia el espiritismo y otras corrientes seudocientíficas que han irrumpido entre grupos numerosos de personas. Julia y Leo van al lugar de los hechos y descubren algunos detalles que les resultan chocantes y así comienzan una investigación.
Irán a una sesión de espiritismo, pedirán consejo y ayuda a nuestro amigo sepulturero, tendrán que averiguar como han aparecido unas fotografías -un invento relativamente reciente- en las que se ve un espíritu, el mismo que aparentemente ha aparecido en la sesión de espiritismo y tendrán que enfrentarse a nuevos asesinatos.
Como en otras novelas policiacas, hay un segundo caso. Son unos niños que desaparecen de un orfelinato, son los más díscolos, y con ellos un niño, hijo de un personaje importante. En el caso se entra por Anna, que conoce a esos niños. En esta ocasión los casos están relativamente relacionados y también se resolverán entrelazados de un modo dramático.
Potzsch da una imagen de la Viena de aquellos momentos: lugares, instituciones, calles y parques, que meten muy bien en el ambiente. Se permite la licencia de introducir entre los personajes que tienen un cierto protagonismo a Conan Doyle, de viaje en Viena para asistir a una sesión espiritista y que ayuda a resolver ambos casos.
Novela agradable, sencilla de leer y bien escrita y centrada históricamente.
El sepulturero y el crimen de la cripta
Oliver Potzsch
Planeta (2024)