Los ahorradores españoles se han lanzado en los últimos meses a la caza de cualquier producto financiero que les ofrezca rentabilidad, ahora que los tipos de interés están al alza después de muchos años congelados, y esto se debe a la poca prisa que muestran los bancos nacionales por remunerar los depósitos.
El precio del dinero está en el 3% en la zona del euro, y lo más probable es que suba otro medio punto básico en la reunión que celebra el jueves el Banco Central Europeo (BCE), un incremento que no será el último y que tiene el objetivo de enfriar la inflación, que estaba en el 8,5% en febrero.
Debido a esto, la demanda minorista de deuda pública no deja de crecer, escenificada incluso recientemente con largas colas a las puertas del Banco de España. De hecho, la web del Tesoro recibió en los dos primeros meses del año peticiones de compra de este tipo de instrumentos por un importe total de 2.363 millones de euros, según datos facilitados por el organismo a EFE.
A esa cantidad habrá que añadir la negociación correspondiente a las subastas de marzo, que se saldaron -en el caso de las letras- con unos rendimientos superiores al 3% por primera vez desde 2012. Asimismo, en la última puja de la misma denominación que la que tendrá lugar el martes, letras a 3 y 9 meses, que fue el pasado 14 de febrero, el Tesoro ofreció a los inversores rendimientos respectivos del 2,4% y 2,9%.