La compañía ferroviaria cerró el último año con pérdidas de apenas seis millones y un volumen de negocio de 145 millones de euros, que roza el registrado antes de la crisis del coronavirus. Con la esperanza de que la cuota modal de que la carga pase de las carreteras a las vías del tren, la compañía sufrió a nivel operativo, con una caída abrupta en el transporte de químicos y graneles, en un año en el que el mercado siguió sin crecer lo esperado en los planes estatales para fomentar un crecimiento de este modo de transporte por sus implicaciones medioambientales.
Así, el volumen de negocio de Transfesa ascendió a 145 millones de euros (un 18% más que en 2021), crecimiento motivado principalmente por el mercado automovilístico, donde el transporte de componentes redujo sus expediciones por ferrocarril y carretera, pero, no obstante, repuntó en el número de vehículos transportados.
El crecimiento, no obstante, fue insuficiente para evitar otro año con números rojos. La compañía perdió más de 6 millones de euros, reduciendo significativamente las pérdidas del año anterior. La compañía no ha logrado todavía ser rentable y se encuentra condicionada por la reducida fuerza del ferrocarril en la división de carga. De hecho durante este año ha activado una campaña para implicar a todos los actores, desde competidores hasta la administración, en el fomento del transporte de mercancías de ferrocarril.
Sus resultados semestrales, divulgados recientemente, muestran que la división de mercancías alcanzó la primera mitad del año con una pérdida de 195 millones de euros antes de impuestos. La pérdida es menor que la primera mitad de 2022, pero indica que DB Cargo probablemente no cumplirá con sus metas para este año y para los posteriores ejercicios.