El magistrado instructor pide conservar las imágenes de las cámaras de seguridad del patio central del edificio entre las seis y las ocho de la tarde después de que la acusación popular de la APIF denunciara que un fiscal, Salvador Viada, pudo ver a ambos hablando durante el registro y manipulando, según su versión, un teléfono móvil.
El juez Hurtado envió a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil tanto a la Fiscalía General como a su departamento provincial de Madrid el pasado 30 de octubre. El objetivo era recopilar todos los mensajes, correos y comunicaciones del fiscal general y de la fiscal provincial de Madrid desde el mes de marzo para buscar pruebas sobre la filtración de los correos del abogado de Alberto González Amador con el Ministerio Público.
El registro se prolongó durante más de diez horas con los agentes copiando allí mismo la información mientras García Ortiz permanecía en el edificio acompañado de un reducido grupo de colaboradores. Poco después una de las acusaciones del caso, la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF) denunció que alguien había visto a García Ortiz hablar en el patio del edificio con la teniente fiscal del Tribunal Supremo y, supuestamente, manipular un teléfono móvil.
Según esta asociación, el líder de APIF Salvador Viada pudo ver en torno a las siet de la tarde a Álvaro García y a la teniente fiscal del Supremo “en el salón noble de la Fiscalía General del Estado –concretamente, en el espacio situado junto una obra del navegante Juan de la Cosa– revisando un móvil aparentemente perteneciente al meritado investigado”.
El instructor ha accedido a estudiar este asunto y, por el momento, pedir a la seguridad del edificio que conserve las imágenes correspondientes a ese día y a ese momento de la tarde en “las cámaras que enfocan el salón noble ubicado en el patio central del edificio, hasta que, por parte de este Instructor, se acuerde otra cosa”.