Con un verano marcado por los incendios, el sector del turismo rural afronta una situación que les resulta familiar ya que lo vivieron en el 2022 con el incendio en la Sierra de la Culebra. Lo que se preveía como una temporada récord, con una ocupación media del 70% en agosto y lleno total durante el puente del 15 de Agosto, se ha convertido en un verano negro para el sector rural. En provincias como León y Zamora, todas las reservas han sido canceladas tras los desalojos que afectaron a cerca de 10.000 personas.
Los primeros cálculos hablan de pérdidas millonarias, las casas rurales podrían acumular hasta 300.000 euros en perdidas, mientras que los hoteles se acercarían al millón. Una situación que recuerda al desastre de la Sierra de la Culebra en 2022, cuando el territorio perdió la mitad de su cuota de mercado turístico y cuya recuperación aún no ha concluido.
Chico, presidente de la Asociación Turismo Rural de Castilla y León, confirma la gravedad del impacto: «Prácticamente hemos visto cómo las cancelaciones han provocado que las reservas se anulen todas y ha caído totalmente el 100%». Aunque todavía no existen cifras oficiales, alerta de que los empresarios sufrirán un golpe económico prolongado: «Estas mermas desde prácticamente el 15 hasta final de mes y posiblemente en los meses que vengan van a suponer cuantías importantes».
Pese a la dureza del momento, el sector se aferra al optimismo. «Somos una tierra de luchadores y evidentemente vamos a salir adelante», subraya Chico, que confía en recuperar la confianza de los viajeros en otoño. La estrategia pasa por reforzar otros atractivos de la comunidad: la gastronomía, los vinos, la riqueza natural y el patrimonio cultural. «La naturaleza es sabia y pronto recuperará la majestuosidad de bosques y montañas en estas zonas»,