Las mujeres y los jóvenes utilizan en mayor medida el comercio electrónico para realizar compras que los hombres y los grupos de mayor edad. Así se desprende de un estudio elaborado por investigadores de la unidad de Big Data de BBVA Research y del departamento de Investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI) titulado ‘Comercio electrónico: un ‘clic’ no es igual para todos. El comercio electrónico ha mostrado un aumento sostenido durante los últimos años, convirtiéndose en el método de compra preferido para una amplia gama de bienes y servicios. Esta tendencia al alza, indicativa de un cambio en las preferencias de los consumidores hacia las soluciones digitales, se está produciendo en la mayoría de los países desarrollados, incluido España.
Según el estudio elaborado por investigadores de BBVA Research y el FMI, la participación del comercio electrónico en el consumo total sigue creciendo tanto en términos de gasto como en volumen de transacciones. En España, el comercio electrónico representa actualmente en torno al 10% del total de pagos basados en importe, y entre el 12% y el 14%, medido en número de transacciones.
La pandemia supuso un impulso inesperado para el comercio electrónico, si bien la tendencia regresó a la normalidad una vez que se levantaron las restricciones. De esta forma, el Covid-19 supuso una aceleración a corto plazo, pero no un cambio permanente en la tasa de crecimiento del comercio electrónico.
El uso del comercio electrónico no es homogéneo entre los colectivos de consumidores. Las mujeres hacen un uso mayor del comercio electrónico; una tendencia que se amplió a raíz de la pandemia. La brecha entre mujeres y hombres aumentó a principios de 2024 a cuatro puntos porcentuales en favor de estás últimas, frente a dos puntos en el periodo pre-pandemia.
Por grupos de edad, los jóvenes (menores de 35 años) tenían una participación mayor en el comercio electrónico antes de la pandemia, que se acrecentó con ella, llegando a alcanzar una cuota del 23% del total de pagos. El grupo de edad media de 35 a 45 años también experimentó una aceleración en su consumo de comercio electrónico, pero manteniendo la tendencia anterior al Covid-19. Los grupos de mayor edad (mayores de 45 años) experimentaron aumentos temporales con la pandemia en su cuota de comercio electrónico, pero volvieron a niveles por debajo de la tendencia anterior al Covid-19 con posterioridad, a comienzos de 2024.
Dentro de las categorías de consumo, existen tres grupos diferenciados. Aquellas cuyo gasto en comercio electrónico se aceleró con la pandemia y se mantuvo posteriormente: textil y calzado, ocio y cultura, mobiliario y equipamiento del hogar y educación; aquellas cuyo gasto en comercio electrónico venía creciendo antes de la pandemia y que mostraron caídas durante el confinamiento, para recuperar la tendencia después, como el transporte y los gastos en finanzas y seguros, y aquellas que experimentaron un impulso temporal durante la pandemia y sufrieron un fuerte ajuste con posterioridad, seguido de una reciente recuperación. Es el caso de alimentos y bebidas, alcohol y tabaco, comunicaciones, y restaurantes y hoteles.
El estudio concluye que, si bien la pandemia impulsó significativamente el comercio electrónico, este aumento no dio como resultado cambios de comportamiento permanentes en todos los grupos demográficos. “Teorías como el comportamiento compulsivo, el atesoramiento y el miedo sugieren que estos cambios fueron temporales”, señalan los autores. “La mayoría de los consumidores ya estaban familiarizados con el comercio electrónico, lo que limitaba los nuevos aprendizajes o los cambios de comportamiento. Sin embargo, los grupos menos familiarizados con el comercio electrónico en el periodo pre-pandémico, los nuevos clientes, han aumentado su uso en el post-pandémico, en línea con la hipótesis de que los niveles de experiencia afectan a la permanencia de los comportamientos inducidos por la pandemia”, añaden.