Según AELEC, «España se juega mucho en este momento. No solo desde el punto de vista de la reindustrialización y transformación económica, sino de su credibilidad». Para la patronal, el crecimiento de la red es clave para la reindustrialización y transformación de la economía. «Las orientaciones de política energética publicadas por el ministerio de energía así lo indican, solicitando una tasa competitiva respecto a los países de nuestro entorno e incentivadora de las inversiones. Una tasa de ese nivel no cumpliría con los objetivos nacionales, penalizaría el desarrollo económico de España frente al del resto de Europa y no permitiría la adaptación de la red eléctrica a las necesidades en que nos encontramos».
Según las cuentas de Aelec, una tasa del 6,5%, significaría reducir la retribución un 25% respecto de la actual, si lo comparamos con el coste de la deuda (el diferencial respecto al coste de la deuda se reduciría desde los 400 ppbb hasta los poco más de 300 ppbb).Por eso «confían en que la CNMC fije una tasa superior, en línea con el resto de los países europeos, facilitando el desarrollo de las redes eléctricas a lo que la industria requiere».
De acuerdo con los cálculos de las eléctricas, cada 1% de retribución para la distribución y el transporte supone un incremento de 350 millones para los consumidores. Las eléctricas calculan que para recibir una retribución adecuada, sus ingresos deberían subir en 4.200 millones en el periodo de seis años. Por el momento, el regulador sólo les reconocería la mitad y aun así esa cantidad supondría una merma sobre sus niveles actuales por la evolución del bono a diez años.