Los últimos comunicados de los responsables del BCE han sido más bien de línea agresiva (hawkish), y los datos publicados recientemente sobre el aumento de los salarios en la zona euro durante el tercer trimestre no tranquilizarán mucho al banco central, que no cree que la inflación esté ya bajo control.
Los próximos días deberían ser cruciales para aclarar el apetito del BCE por recortar los tipos muy por debajo de los niveles actuales. Los índices PMI de actividad empresarial de noviembre darán una lectura más actual del estado de la economía de la eurozona, y la semana que viene conoceremos el informe de inflación interanual también correspondiente al mes de noviembre. A menos que veamos sorpresas significativas a la baja en cada uno de ellos, el BCE tendrá dificultades para justificar tipos muy por debajo del 2%, lo que debería estabilizar los niveles del Euribor.