Las declaraciones de Feijoo han sido una buena muestra de ello y las contestaciones urgentes por parte de algunos portavoces socialistas no han hecho mas que confirmar una situación en la que los que parecen malos son los buenos y viceversa, pero eso depende desde donde se mira y que tipo de información se sigue, puesto que las terminales mediáticas del Gobierno bombardean a los ciudadanos y muchos de estos son incapaces de discernir donde están los limites de esta enorme batalla política que se desarrolla bajo la imagen de honestidad y honorabilidad que no es tal.
Pero es que además la batalla se desarrolla en varios terrenos: el primero de ellos es el de la renovación de los cargos del CGPJ, tema teóricamente importante para el Gobierno, pero que es una simple cortina de humo ya que los cargos del Consejo son puramente administrativos, Es decir ellos nombran a los jueces pero no aplican la ley desde sus despachos del Consejo, por lo que su importancia es meramente operativa.
Por el contrario, la aprobación de la ley de Amnistía y las acusaciones de prevaricación por politizar su trabajo esa si es una autentica operación de acoso y derribo de jueces: con ella se puede lograr la desaparición de la separación de poderes, Ese y no otro es el objetico de Sánchez, porque solo así lograra su objetivo de desmontar la Constitución y cambiar el sistema político que hoy rige en España, perpetuándose en el poder, su gran sueño y para lo único que vive.