Se han registrados numerosos incendios y electrocuciones vinculados a la manipulación de las instalaciones. Solo durante las dos últimas semanas han quedado calcinados cinco centros de transformación en Andalucía por sobrecarga: tres en Sevilla, uno en Almería y otro en Granada.
La filial de Redes de Endesa, e-distribución, ha detectado más de 32.336 fraudes eléctricos en el primer semestre de este año, un 40% más que en el mismo periodo del año anterior.
e-distribución, la filial de redes de Endesa, desconectó de la red eléctrica 1.260 enganches para alimentar plantaciones ilegales de marihuana en el primer semestre del año, siete al día. La cifra supone un incremento del 14% respecto al mismo periodo del año anterior y pone de manifiesto la magnitud de un problema creciente que amenaza la seguridad física de los vecinos y la calidad de suministro en zonas con alta concentración de fraude. En los últimos años se han registrados numerosos casos de incendios y electrocuciones vinculados a la manipulación de las instalaciones eléctricas. En el último mes, cinco centros de transformación han quedado calcinados en Andalucía, (tres en Sevilla, uno en Almería y uno en Granada) al no poder resistir la sobrecarga de la red derivada del fraude masivo, especialmente por plantaciones de marihuana.
La energía consumida por las plantaciones detectadas entre enero y junio de este año ascendió a 141 millones de KWh, el equivalente al consumo de cerca de 40.300 hogares y representó el 35% de toda la energía defraudada contabilizada por Endesa. No obstante, se calcula que el total de las plantaciones de cannabis existentes en España consumen unos 2,2 TWh de electricidad, equivalente a la demanda de Sevilla en un año.
Las instalaciones para cultivar marihuana en el interior de edificios, las conocidas como plantaciones indoor, han crecido de manera muy significativa en los últimos años. Los datos de las fuerzas de seguridad indican que son más difíciles de detectar y tienen mayor rendimiento que las plantaciones a cielo abierto, de cuatro a seis cosechas al año. Estos dos factores son claves para explicar el importante peso de las plantaciones de interior dentro del cultivo de marihuana en España, que según el European Drug Report 2024, acaparó en 2022 el 81 %de las plantas de marihuana incautadas en la Unión Europea.
Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan 24 horas al día mediante enganches ilegales que causan estragos en la red eléctrica. La sobrecarga de potencia activa las protecciones de los centros de transformación y provoca interrupciones de suministro que afectan a los vecinos de la zona. El consumo de electricidad es tan alto y la manipulación de las instalaciones tan devastadora que llegan a originar incendios en líneas subterráneas y en los centros de transformación, hasta el punto de que se han registrado picos de 15 fusibles fundidos al día por centro de transformación. En el mes de julio tres centros de transformación han quedado calcinados en Sevilla, en los barrios Polígono Sur, Los Pajaritos y Torreblanca por la sobrecarga de potencia derivada del fraude masivo sin que se registraran víctimas. Igualmente, por el mismo motivo, han quedado calcinados un centro en el barrio El Puche, de Almería, y otro en Pinos Puente, en Granada. Estas conexiones ilegales provocan incendios en las instalaciones generales, pero también en los edificios y viviendas en los que se ubican las plantaciones, originando graves riesgos tanto para las personas que manipulan las instalaciones como para los vecinos del entorno, que sufren además problemas en su suministro eléctrico.
En algunos puntos de la red gestionados por e-distribución se ha incrementado la potencia para intentar evitar las interrupciones en el suministro a los vecinos, pero, aunque la potencia instalada multiplica hasta por doce la que sería necesaria en función al número de habitantes, las incidencias se suceden, lo que evidencia un alto volumen de enganches a la red.
Al margen del riesgo eléctrico, la proliferación de estas instalaciones ilegales controladas por “organizaciones trasnacionales con una potente actividad policriminal” según el ministerio del Interior, supone además un riesgo físico para la actuación de los inspectores y técnicos de e-distribución. En un entorno de violencia creciente, en determinadas zonas deben trabajar con la cara cubierta para evitar su identificación y desarrollan su labor siempre acompañados por fuerzas policiales cuando acuden a desconectar las plantaciones de marihuana.
Las coacciones y amenazas a los trabajadores se registran en todo tipo de labores de inspección, no sólo en las vinculadas a plantaciones. En los últimos tres años los empleados de la compañía y de las contratas que trabajan sobre el terreno han sufrido un centenar de casos de violencia física y verbal, en concreto, 51 casos de agresiones y 45 de amenazas, cuando procedían a desmantelar fraudes, una hostilidad creciente que los técnicos sufren también cuando se desplazan para reparar incidencias ocasionadas por la manipulación de la red.
Las conexiones ilegales vinculadas a plantaciones de marihuana acaparan, junto a los grandes consumos vinculados a la actividad industrial y los negocios el 74% de la energía defraudada detectada por la filial de redes de Endesa. En los seis primeros meses de este año, e distribución detectó 32.336 casos de fraude eléctrico, un 40% más que en el mismo periodo de 2023, lo que supone una media de siete fraudes descubiertos cada hora. El volumen de energía recuperada en estos fraudes asciende a 397 millones de KWh, el equivalente al consumo de 113.000 hogares.