La demolición por voladura de las dos torres de refrigeración y la antigua chimenea supone todo un reto técnico. En este sentido, para la realización de esta actuación se ha diseñado un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad y efectivas de demolición. Esta misma prevención se está aplicando en todos los procesos que conforman los trabajos en curso en la planta, que además tienen como objetivo revalorizar, al menos, el 90% de los residuos que se generen.
En la voladura de las torres el proceso ha sido aún más complejo, ya que ha estado soportado por un proyecto específico en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, direcciones de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas.
Esos trabajos previos a la demolición se iniciaron en junio de 2022 con la retirada y gestión de los equipos en los que se producía el intercambio de calor, compuestos básicamente por materiales de relleno plástico situados en su interior. También se acondicionó y separó la parte externa de la interna, se desvincularon los elementos unidos a la torre y se desmanteló el equipamiento situado en la zona de afección.
Para la voladura de las dos torres se han empleado 1.176 barrenos y otros 100 para la chimenea, completando un total de 224 kilos de explosivo, que se han colocado en los pilares de las torres y en la base de la chimenea mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. En el proyecto se ha fijado un radio de seguridad de 400 metros desde cada una de las estructuras.
La detonación se ha realizado de forma secuenciada en las dos torres y en la chimenea (en 4 segundos se han detonado todos los explosivos) para minimizar la vibración del terreno y las proyecciones de material.
La voladura ha producido 16.900 toneladas de residuos aproximadamente (básicamente hormigón), que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos se valorizarán en obra al ser usados como material de relleno, por su carácter inerte, segregando previamente el hierro que se retirará para su valorización y nuevo uso.
El proceso de desmantelamiento de la central de Compostilla es un paso necesario para diseñar el futuro de esta zona. Actualmente los trabajos de se encuentran avanzados en más de un 50%, y en ellos está trabajando personal especializado, el 80% del cual son profesionales del entorno del Bierzo. Una vez se finalice el desmantelamiento, la superficie que ocupaba la central quedará disponible para acoger nuevos proyectos industriales. En este sentido Endesa empezó a trabajar en el diseño de un plan de futuro -Futur-e – para la zona nada más anunciar su cierre, buscando proyectos empresariales seleccionados por un comité de evaluación de expertos en el que participan el Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Castilla y León, las alcaldías de Ponferrada y de Cubillos del Sil, la Universidad de León y la propia Endesa.
Los proyectos del Plan Futur-e son el resultado de un concurso internacional para promover la implantación en el Bierzo de empresas que superen el fin de la generación térmica, en cumplimiento de los objetivos marcados por Bruselas. Este proceso incluye, además, la organización de cursos de capacitación profesional para población local, así como la priorización de la mano de obra de la comarca en las tareas de desmantelamiento circular de la térmica. Parte de la formación ya está realizada, y la restante se desarrollará a demanda de los promotores de proyectos empresariales.
Además, Endesa está trabajando en otros proyectos paralelos como la alianza energética con Tvitec para desarrollar en Cubillos del Sil un alto horno de vidrio; o la construcción junto a PreZero y Endesa que participa en el capital de una planta de reciclaje de palas eólicas; o la creación junto a Urbaser de la sociedad Novolitio, la primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos de la Península Ibérica.
A estos proyectos se une el desarrollo de nuevos proyectos de energía renovable en la zona. La suma de toda esta nueva actividad energética y empresarial generará cifras de empleo superiores a las que había antes del cierre. Asimismo, para completar lo alcanzado hasta ahora, Endesa busca dar un nuevo impulso al Plan Futur-e implicando en el mismo a Metys, una de las consultoras europeas de mayor prestigio especializada en procesos de reindustrialización. Metys está ejecutando un plan de prospección de proyectos tanto a nivel local como nacional e internacional, en sectores productivos en los que tenga sentido la localización en el Bierzo. Ya ha realizado contactos con más de 3.000 empresas y para ello, está en contacto directo con instituciones y agentes multiplicadores, a quienes ya han presentado algunas de las ideas recibidas hasta el momento.
Endesa, a través de su filial renovable Enel Green Power España, está complementando estas iniciativas empresariales con proyectos energéticos que se quiere desarrollar siempre en el entorno de influencia de la antigua central térmica.