El resultado de Ericsson en el conjunto del pasado ejercicio refleja el impacto negativo de 31.900 millones de coronas (2.801 millones de euros), asumido por el deterioro del fondo de comercio atribuido a la adquisición de Vonage, que la empresa sueca compró en 2021.
Los ingresos de la compañía en 2023 alcanzaron los 263.351 millones de coronas (23.125 millones de euros), un 3% menos que en 2022, aunque en datos orgánicos, que excluyen el impacto del tipo de cambio, el retroceso fue del 10%. Esta caída del negocio de Ericsson refleja el retroceso del 11% en el área de redes, con 171.400 millones de coronas (15.051 millones de euros), mientras que el negocio en la nube y de servicios facturó 63.600 millones de coronas (5.515 millones de euros), un 5% más. El de empresa facturó un 76% más, hasta 25.700 millones de coronas (2.257 millones de euros).
Entre octubre y diciembre, la compañía sueca contabilizó un beneficio neto atribuido de 3.394 millones de coronas (298 millones de euros), lo que supone un descenso interanual del 44%, mientras que los ingresos fueron de 71.881 millones de coronas (6.312 millones de euros), un 16,4% menos.